Llevo unos días sin escribir en el blog. Apenas he tenido tiempo de respirar esta semana. Entre las clases (que parecen no acabar nunca) y las conferencias del Cendeac (el seminario de Judith Butler no estuvo mal del todo) no he podido ni sentarme frente al ordenador. Lo peor es, desde luego, no entrar en casa. No sé ni qué forma tiene mi sofá. Por eso hoy me lo he tomado de reposo. Teléfono apagado y persianas bajadas. Necesito unas vacaciones cuanto antes. Estoy cansado de estar cansado. Como decía Pessoa, me cansa hasta lo que no me cansa (o algo así).
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.