Regreso
Regreso de Oslo cansado, pero con el ánimo renovado. Al final todo ha salido a la perfección. Buena acogida en la prensa y en el público. Era un viaje que me pillaba a contrapié, y sin embargo me ha venido bien. Bien en todos los sentidos, pero sobre todo en el emocional. Necesitaba aire fresco, eso estaba claro, aunque quizá no hacía falta llegar a siete bajo cero. Como quiera que sea, mañana comienza la rutina. Clases, gestiones, textos varios... mil cosas por hacer, mil por acabar. Pero como me prometí, lo intentaré llevar todo con más calma. Como avance, el martes pienso volver a la esgrima.