Ferias y envidias
[Publicado en La Opinión, 30/05/2010] El viernes se inauguró en Madrid la Feria del Libro y a mí no me cabe en el cuerpo más envidia. Envidia sana y de la otra. La Feria del Libro madrileña es una cita ineludible, un momento de visualización del libro y de la literatura que durante unas semanas supone un empujón importante para la industria librera –por las ventas, claro está–, pero también para la literatura y el arte de escribir libros –encuentros, charlas, tomas de contacto…–. Yo intento ir todos los años y mi tarjeta de crédito comienza a temblar cuando emprendo el viaje a Madrid. Soy un vicioso de los libros y me gusta tenerlos, aparte, por supuesto, de leerlos. Y cuando paso por las casetas de las editoriales y veo allí su catálogo todo dispuesto, me entra una felicidad indescriptible y un deseo irrefrenable. Encontrar allí desplegados todos los libros de Anagrama, de Siruela, de Tusquets, de Salto de Página, de Libros del Asteroide, de Sexto Piso...; y también de otras editor...