Hace once años que murió tu madre. Hoy, 7 de marzo. Te has acordado por un mensaje de tu tío: "la herida sigue abierta". Hasta ese momento te sentías extraño pero no sabías por qué. "La herida sigue abierta", has leído. Y la sangre ha comenzado a manar. La herida nunca cierra. El duelo nunca acaba. Aunque permanezca ensombrecido durante meses, escondido, latente, esperando cualquier descuido para abalanzarse sobre ti. La herida sigue abierta. Aunque hoy hayan tenido que recordártelo.
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.