Vampiros
Durante años, he tenido un sueño recurrente: hordas de vampiros me perseguían y siempre acababa escapando de alguna manera o me despertaba justo en el momento en el que me iban a morder. Pero ahora mismo, después de quedarme traspuesto, los vampiros me han dado caza y han logrado morderme. Aunque era un sueño, he sentido la mordedura, el desvanecimiento y la pérdida de consciencia. Y también la resurrección. He vuelto a la vida como vampiro. Y la cosa no estaba tan mal. Lo peor, decían, era que todo era muy gris porque había que huir del sol. Y también lo de la sangre, pero eso parece que se podía arreglar –me daban una pizza calzone donde apenas se notaba nada–. Por fin me he sentido uno de ellos, en paz y sin miedo. Lo único extraño ha sido cuando he preguntado, con toda inocencia, "oye, ¿y de qué vivimos los vampiros? trabajaremos en algo ¿no?". En ese momento, todos se han mirado entre sí con complicidad perversa. Y me he despertado con mucho miedo.