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Fuera de la frase

El arte español más allá del discurso de lo global

[Publicado en SalonKritik]

Este texto recoge algunas de las ideas que he repetido en varios lugares en los últimos años. La tesis es bien sencilla –y vuelvo a traerla aquí para que sea debatida y discutida en este contexto de reflexión sobre los problemas del arte español que se ha abierto en Salonkritik*–: aunque evidentemente nuestro sistema del arte no sea un modelo ejemplar y haya muchas cosas que mejorar, la escasa presencia de artistas españoles en los eventos internacionales –una de las quejas que no cesamos de repetir– no sólo se debe a factores de sistema –promoción, mercado, instituciones…– sino que, en última instancia, está relacionada con un problema de representación; o, mejor, de ausencia de lugar en la representación.

I

El sistema artístico español (Museos, galerías, revistas, universidades) ha evolucionado en los últimos años hasta llegar a alcanzar los estándares europeos e internacionales. Sin embargo, los artistas españoles siguen sin estar “bien” representados en el mundo del arte global. Salvo algunos ejemplos concretos, no hay artistas españoles en los grandes eventos artísticos globales, las nuevas colecciones de museos transnacionales o en las publicaciones y críticas internacionales –que son los espacios donde se está creando gran parte del canon de lo que posteriormente será la “historia del arte contemporáneo”. Como se ha discutido en este espacio en las últimas semanas, los críticos españoles no parecen haber llegado a ninguna conclusión evidente sobre esta falta de presencia internacional. No puede imputarse una falta de salud del sistema, o una falta de conocimiento de realidades externas —los contactos con otros lugares son bastante comunes—. Tampoco todo el problema estaría en la cuestión lingüística, ya que el conocimiento del nuevo canon lingüístico del inglés parece estar extendido entre los artistas, si bien es cierto que el monolingüismo académico y la hegemonía del inglés hace que apenas haya textos de críticos españoles en publicaciones internacionales hablando del arte realizado en España –este sería otro problema al dedicar una intervención más detenida–. Aun así, hay otras realidades con el mismo condicionante lingüístico que, sin embargo, han conseguido una presencia importante en el mundo del arte contemporáneo. Quizá la razón haya que buscarla a un nivel conceptual.

Me gustaría proponer aquí que esta falta de presencia del arte español en el sistema global tiene que ver con una ausencia de un imaginario “fuerte” que se acomode y coincida con el discurso arquetípico del mundo del arte global. En ese sistema, tienen cabida, sin embargo, algunas realidades o contextos que son fácilmente identificables como los “otros” del sistema del arte. En el reciente libro de Terry Smith, Contemporary Art: World Currents (2011), tras dedicar una gran parte de su trabajo a explorar el arte de “Euromérica” (en esencia, el arte inglés y el norteamericano), dedica la segunda parte del libro a examinar la nueva cartografía del arte contemporáneo y “el giro poscolonial”. Un giro al que se aproxima a través de una división de ese nuevo mundo del arte en siete grandes regiones: 1) Europa del Este; 2) Centroamérica, Suramérica y el Caribe; 3) China y Asia del Este; 4) India y el Asia del Sur; 5) Oceanía; 6) África; y 7) Oriente Medio. Curiosamente, el arte español no aparece en ninguno de estos contextos, ni en los hegemónicos (Euro-américa), ni en los “otros”. En las nuevas geografías del arte, hay regiones que se quedan fuera. Regiones que no unos, ni otros, que no centro, ni periferia. Eso es, en cierta manera, lo que ocurre con el arte español. Aunque vivamos en un mundo global, todavía hay centros de emisión, o, mejor, canales de circulación de información. El arte español recibe información, pero no puede emitirla. Por mucho que se esfuerce en hablar, los canales del mundo del arte global están sintonizados en otra emisora.  

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