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Mostrando entradas de julio, 2012

En historias, no en imágenes

[Publicado originalmente en Salonkritik ] He encontrado al fin la foto. Ha sido después de acabar la lectura de  El libro uruguayo de los muertos . Quizá hasta ese momento no me había puesto a buscarla con detenimiento. Por alguna razón, estaba convencido de que fui yo quien la tomó y creía que estaba en alguna de mis cámaras. Sin embargo, tras cerrar el libro de Bellatin, al intentar dar sentido a lo que allí ocurre con los muñecos y las fotografías, he recordado que me la enviaste por email. “Las fotos que voy tomando están cada vez mejor y, curiosamente, como si estuvieran relacionados, los textos que redacto carecen de una manera creciente de energía.”[1] Creo que te lo dije ya, el protagonista de mi novela está inspirado en Mario Bellatin. No del todo, pero sí bastante. He cambiado la prótesis por unos tatuajes por todo el cuerpo, pero la cabeza rasurada, las camisas largas, los pantalones y las babuchas le pertenecen. También su manera de actuar. Diría que mi performer

Nos hemos hecho pobres

"Nos hemos hecho pobres. Hemos ido entregando una porción tras otra de la herencia de la humanidad, con frecuencia teniendo que dejarla en la casa de empeño por cien veces menos de su valor para que nos adelanten la pequeña moneda de lo «actual». La crisis económica está a las puertas y tras ella, como una sombra, la guerra inminente. Aguantar es hoy cosa de los pocos poderosos que, Dios lo sabe, son menos humanos que muchos; en el mayor de los casos son más bárbaros, pero no de la manera buena. Los demás en cambio tienen que arreglárselas partiendo de cero y con muy poco. Lo hacen a una con los hombres que desde el fondo consideran lo nuevo como cosa suya y lo fundamentan en atisbos y renuncia. En sus edificaciones, en sus imágenes y en sus historias la humanidad se prepara a sobrevivir, si es preciso, a la cultura. Y lo que resulta primordial, lo hace riéndose. Tal vez esta risa suene a algo bárbaro. Bien está. Que cada uno ceda a ratos un poco de humanidad a esa masa, que un dí