Williamstownesca
En el largo viaje hasta estas tierras de Nueva Inglaterra, casi un día de aviones y aeropuertos, he venido acompañado por Enrique Vila-Matas. Bueno, por Dublinesca , su última novela (que ya hubiera querido yo venir acompañado por el señor de pelo blanco que sale en la foto de la solapa del libro). Es la única concesión que voy a hacer estos meses a la literatura en español. Me prometí que sólo leería en inglés y que aprovecharía la estancia para adentrarme en esta lengua que siempre se me resiste. Pero hay cosas que no pueden esperar. Y como el espíritu es débil (en mi caso, incluso más débil que la carne), la semana pasada, nada más llegar a Barajas compré la novela. Pero sólo ahora, en el viaje de vuelta, he podido dedicarle tiempo. Y ha sido (o está siendo, porque me quedan unas páginas) una experiencia excepcional. Siempre había leído a Vila-Matas en casa, tranquilo, acomodado en mi sofá y con una taza de café al lado. Desde allí lo he acompañado en sus viajes continuos e infinito...