Soy un mitómano inconstante. No colecciono los discos de mis músicos favoritos, no guardo los DVD de las películas que me fascinan ni vuelvo a verlas si no es por casualidad, no tengo todos los libros de mis autores fetiche, no visito todas las exposiciones de los artistas que admiro, ni siquiera me he llegado a interesar demasiado por la vida y milagr os de los actores y actrices que me han cautivado. Soy infiel por naturaleza. Mis pasiones duran poco y rápidamente son sustituidas por otras diferentes. Aunque también es cierto que nunca desaparecen del todo. Se acumulan, conviven y se confunden. Lo que he amado permanece latente para siempre. Y en cada nueva pasión reverbera algo de ese pasado nunca explorado del todo. Aunque nunca fui demasiado aficionado a los cómics, de pequeño me obsesioné con los superhéroes. Pasaba los días subido a los árboles con una capa hecha de bolsas de plástico intentando volar como Superman -mi preferido, sin duda, por encima de cualquier otro-. E
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.