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Mostrando entradas de enero, 2010

De lágrimas y de música

Con el texto sobre Fabre estoy volviendo en menos de una semana a uno de mis temas preferidos, las lágrimas. Esta mañana, nada más levantarme he vuelto a acudir también a Cioran y he abierto al azar De lágrimas y de santos . Me he encontrado un aforismo que me ha atravesado por completo: "No puedo diferenciar las lágrimas de la música" (Nietzsche). Quien no comprende esto instantáneamente, no ha vivido nunca en la intimidad de la música. Toda verdadera música procede del llanto, puesto que ha nacido de la nostalgia del paraíso. (E. M. Cioran)

Interrupciones musicales

Cada vez que tengo que escribir sobre un artista que me gusta, me anulo y me quedo sin argumentos. En este caso, se trata de Jan Fabre , cuya obra desde siempre me ha fascinado. Para un pequeño texto de apenas tres páginas, llevo ya casi una semana leyendo sin parar. Se me vienen a la cabeza ideas compulsivamente , pero no puedo centrarlas. El cuerpo, los fluidos, la metamorfosis, la danza, el movimiento continuo... Fabre me supera. Es un artista difícil de encuadrar en algún tiempo concreto. Su obra desborda disciplinas y clasificaciones . Así que, desbordado, seguiré destrozándome la cabeza para sacar algo en claro. Y mientras pienso e intento darle forma a la cosa, no puedo evitar, de cuando en cuando, sentarme al piano, improvisar y guardar el resultado como memoria musical de textos e ideas frustradas.

Mirada lacrimosa

Uno de los objetivos de la óptica moderna fue el “afinamiento de la visión”, la consecución de un ojo perfectamente calibrado capaz de distinguir claramente las diferencias del mundo. Este proceso, entre otras muchas cosas, llevó aparejado la eliminación simbólica de todas aquellas cosas que interrumpían la continuidad y claridad de la visión. El nuevo ojo evitaba el parpadeo o la lágrima, es decir, cualquier forma de interrupción de la mirada, algo que recuerda bastante a uno de los paradigmas de la visión moderna, los ojos abiertos del joven Alex, el protagonista de La naranja mecánica, al que unas tenazas mecánica abren los párpados para lograr una mirada ininterrumpida. Unos ojos abiertos de par en par (eyes wide open), herramienta de la mirada absoluta. El ojo moderno se configuró para ver las cosas valorando sus superficies cortantes y diferenciadas. Diferencias de raza, de clase, de género... una mirada capaz de ordenar y separar lo caótico. Una mirada científica y racional. Fre

Caja de música

A veces, desoyendo los comentarios de G., me siento al piano y se me vienen a la cabeza melodías ñoñas e infantiloides como la de esta música para un ruido secreto (o ruido para una música secreta).

Conmoción

La década que hace unos días todos nos prometíamos felices ha comenzado con una catástrofe de cuyas dimensiones difícilmente podemos hacernos cargo. El terremoto de Haití ha devastado ciudades enteras, las víctimas son incontables, y la posibilidad de supervivencia para muchos de los que quedan rozan lo imposible. Sin embargo, aquí continuamos como si nada. Es cierto que la comunidad internacional se ha movilizado. Pero nosotros no somos conscientes del desastre. O, mejor, no queremos serlo. De esto ya he escrito aquí en más de una ocasión: hemos perdido por completo la capacidad de ser afectados por el dolor de los demás. Es como si prefiriésemos no mirar, o no saber del todo, como si intentásemos a toda costa proteger el sentido que creemos dar a nuestra vida. Y es que, sin duda, si realmente tomásemos consciencia de la realidad de la catástrofe, no continuaríamos con nuestras rutinas, sino que comenzaríamos a cuestionar la importancia que damos a las cosas. La cuestión es que, lo qu

Procrastinando

Recordatorio para cuando pueda sacar un rato: - Escribir sobre Nocilla Lab , de Fernández Mallo, y decir que, sin duda, es la que más ha gustado de la serie. - Escribir sobre Invisible , de Paul Auster , y decir que tiene un tufillo murakamiano ñoño y que está arrebatada al final. Aún así, seguiría leyendo a Auster hasta el fin de los días. - Escribir sobre Avatar , de James Cameron , y decir... muchas cosas: que con las gafas 3D me vi retroceder en el tiempo a los orígenes del cine de barraca de feria, que con la historia me vi retroceder en el tiempo a lo orígenes de la nación americana y Pocahontas , y que con la glorificación de los nativos pobladores del planeta Pandora me vi retroceder al universo del cable de conexión frente al género humano, telépata e inalámbrico

Alejamiento

Llevo ya varios meses incapacitado para la ficción. Los textos académicos y la burocracia universitaria ha conseguido llevarse la inspiración (o lo que sea eso). Hoy he intentado retomar la escritura, pero parece que la creatividad se me ha ido de vacaciones. Mientras tanto, seguiré leyendo, y confiando en que la cosa vuelva por sus fueros.

Segura desnudez

En «Estoy desnudo», un fascinante y divertido relato de Yasutaka Tsutsui, un hombre prefiere morir de frío antes que ser visto sin ropa en medio de la ciudad. Sin duda, la desnudez es uno de los tabúes más extendidos en nuestro mundo contemporáneo. Desde Adán y Eva, que nos vean desnudos parece ser lo peor que nos puede pasar. Ciertamente, una de las pesadillas más angustiosas es perder la ropa y tener que mostrar nuestras «vergüenzas» (o las partes pudendas; depende de cada cual) a los demás. Luego, paradójicamente, llegamos a una playa y nos quedamos en ropa interior (o casi desnudos) como si nada. De todos modos, si hablo de esto hoy es porque el tabú de la desnudez parece haberse puesto de nuevo de manifiesto tras la polémica surgida con los escáneres corporales que se van instalar en los aeropuertos tras las muestras de que los actuales sistemas de seguridad dejan mucho que desear. Me llama tremendamente la atención que, en lugar de hablar de la seguridad, el debate se haya dirigi

Los reyes adultos

A veces decimos que la Navidad es para que la disfruten los niños. Creemos que se trata de un tiempo concebido para la infancia, pero no es así. La Navidad está pensada para nosotros. Es un rescate del tiempo mágico de nuestra niñez, ese tiempo mítico que configura la base de nuestra psique y que, aunque creamos haberlo dejado atrás, emerge frente a nosotros una y otra vez. En Navidad, las ciudades se llenan de luces, hay señores que vienen a traer regalos, y una especie de espíritu extraño se apodera de la gente. El mundo ordinario se convierte en un mundo sorprendente y encantado, como si el orden mágico de los niños se instaurase en el mundo real. Si uno lo piensa bien, ese orden maravilloso es mucho más necesario para los adultos que para los niños. Por eso nos empeñamos en guardar el secreto de los Reyes Magos. No por los niños, sino por nosotros mismos. Somos nosotros quienes necesitamos de su existencia. Necesitamos su magia para recubrir la obscenidad de la mercancía. Somos nos

Improvisación en toda regla

Ayer, para comenzar el año, y siguiendo con mi tradición de no saber decir que no, me dejé liar para tocar en la gala de clausura del festival de cine Bullas Opera Prima. La actuación consistía en improvisar al piano mientras Luis Espín hacía una VJ session . Es decir, poner música a las imágenes de la pantalla, cosa que siempre me ha gustado. Aunque los dos íbamos a improvisar, habíamos ensayado una secuencia más o menos lógica, de modo que, en cierto modo, se contase una historia con las imágenes, y la música pudiera contribuir a la producción de esa narración hasta cierto punto articulada. Pues bien, esa era la intención. Pero lo que ocurrió realmente fue bien distinto. Si yo no sé decir que no, parece que las máquinas aprenden a decirlo nada más nacer, y lo hacen cuando a ellas les sale literalmente de las conexiones. Y anoche parece que estaban con las conexiones agrias y, sobre todo, con ganas de fastidiar al personal. Como si se hubiesen confabulado todos los astros, la maquin