No puedo estar más cabreado con los Oscars que ha ganado The Artist . Ni siquiera ganas de argumentar tengo. Así que os dejo directamente lo que escribí hace varias semanas cuando vi la película. En más de una ocasión he hablado aquí de la fascinación por lo obsoleto de la cultura contemporánea. Uno de los últimos productos de esta retromanía es The Artist , la película de Michel Hazanavicius, que pretende emular la estética y la manera de narrar de las películas mudas de los años veinte contando una historia de amor que tiene como trasfondo la industria del cine y el paso del mudo al sonoro. Un homenaje al cine. Pero un homenaje que es tan sólo una repetición de tópicos, gestos, planos, historias y recursos. Es decir: un pastiche, esa forma privilegiada de la cultura postmoderna según la clásica visión de Jameson. La película no nos dice nada que no sepamos ya, y no lo hace mejor que los originales que «homenajea/fusila». Originales que el autor combina con una ligereza cronológica qu
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.