"¿El lugar más erótico de un cuerpo no está acaso allí donde la ropa se entreabre ? En la perversión (que es el régimen del placer textual) no hay "zonas erógenas" (expresión por otra parte bastante pesada); como bien ha dicho el psicoanálisis, es la intermitencia la que es erótica: la de la piel que reluce entre dos prendas (el pantalón y el pulóver), entre dos bordes (la camisa entreabierta, el guante y la manga); es ese centelleo el que seduce, o mejor: la escenificación de una aparición-desparición" (Roland Barthes, "El placer del texto").
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.