Estética relacional

Entre las miles de cosas que me llaman la atención de las acampadas, mi visión de historiador del arte me lleva también al sentido artístico de todo esto. Y no puedo evitar pensar, cada vez que paso por #acampadamurcia, en Nicolas Bourriaud y en la estética relacional, y especialmente en la obra de Thomas Hirschhorn, con esa estética precaria del cartón, la cinta adhesiva y la acumulación de elementos significativos. Aunque evidentemente es al revés –es Hirschhorn quien se inspira para su obra en la realidad–, no puedo borrar de mi mente las instalaciones que he visto de este y otros artistas relacionales y observar los campamentos, al menos momentáneamente, como si fueran una gran obra de arte, una gran performance donde, por fin, la reunión, la comunidad, la relación... (todo eso que predicaba Bourriaud) hubiera llegado a la calle real. Una estética precaria, callejera, casi de colegio de primaria, que, sin embargo, convive con tecnología avanzada. Entre el cartón y las pancartas cutres, uno encuentra MacBooks, iPhones y Blackberrys a cascoporro. Parece como si el cartón y la cinta adhesiva fuesen la forma material de Twitter. Y esto me parece muy curioso para reflexionarlo con detenimiento: la convergencia de tecnologías avanzadas y tecnologías precarias, el entrecruzamiento de medios y formas que se dan la mano para articular mensajes, consignas y formas de relación.

Las imágenes que siguen son de #acampadasol, #acampadamurcia y de algunas instalaciones de Hirschhorn y otros relacionales.






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