Regreso de Roma sin maleta. Tras una hora y media de retraso, y después de correr los 1500 metros en la T4, yo pude coger el vuelo hacia Alicante, pero mi maleta no fue tan rápida. Allí se han quedado los libros que compré y el Calendario Romano (con fotos de curas macizos) que le traje a womahn. Espero que la encuentren. De momento, no saben dónde está (la maleta, digo, no womahn, que me esperaba pacientemente). La experiencia romana estuvo bien. En la tarde libre pude ver más cosas de las que me había imaginado. Lo más impresionante fueron las pinturas de Caravaggio en San Luis de los franceses y en Santa María del Popolo. Además, sin apenas nadie. Tampoco había nadie en San Ignacio viendo los frescos del padre Pozzo, ni en Santa María Sopra Minerva, donde estaba el Resucitado de Miguel Ángel, ni sorprendentemente en Santa María de la Victoria, donde está la increíble Santa Teresa de Bernini. Todo lo contrario que el Panteón, el Coliseo... y todos los grandes monumentos, abarrotados ...