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Más Roma

Regreso de Roma sin maleta. Tras una hora y media de retraso, y después de correr los 1500 metros en la T4, yo pude coger el vuelo hacia Alicante, pero mi maleta no fue tan rápida. Allí se han quedado los libros que compré y el Calendario Romano (con fotos de curas macizos) que le traje a womahn. Espero que la encuentren. De momento, no saben dónde está (la maleta, digo, no womahn, que me esperaba pacientemente).

La experiencia romana estuvo bien. En la tarde libre pude ver más cosas de las que me había imaginado. Lo más impresionante fueron las pinturas de Caravaggio en San Luis de los franceses y en Santa María del Popolo. Además, sin apenas nadie. Tampoco había nadie en San Ignacio viendo los frescos del padre Pozzo, ni en Santa María Sopra Minerva, donde estaba el Resucitado de Miguel Ángel, ni sorprendentemente en Santa María de la Victoria, donde está la increíble Santa Teresa de Bernini. Todo lo contrario que el Panteón, el Coliseo... y todos los grandes monumentos, abarrotados de turistas acalorados. Tuve tiempo incluso para entrar en un gran librería de Feltrinelli y compar algunos libros de filosofía italiana.

Se me quedaron grandes cosas por ver, pero parece que en los próximos meses voy a tener que volver en más de una ocasión (esta fue una de las conclusiones del encuentro), así que tendré tiempo suficiente para disfrutar de la ciudad como se merece.

Por cierto, después de ver la semifinal, paseé tranquilamente por la ciudad y tuve la oportunidad de observar cómo los españoles tomaban la Plaza de España para celebrar la victoria. Aunque no soy muy nacionalista, noté cómo algo se me movía por dentro. Podría llamarlo "orgullo", aunque no acaba de gustarme la palabra.

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