Está el blog abandonado y desolado. Una vez más. Esto es ya una constante. Comienzo y, al poco, freno. Son demasiados frentes abiertos. Pero me resisto a que esto se acabe. Aunque siga funcionando como un zombi. Tendrá momentos de resurreción. Voy a ir poquito a poco subiendo todas las entradas de mi diario de escritura de La Verdad, para que al menos estén aquí recogiditas. Eso sí, dadme tiempo. Ahí, en esas entradas, se ve la locura que llevo entre manos.
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.