Cada vez que viajo y tengo que explicar dónde está Murcia siempre me encuentro con el mismo problema. Aquí en Massachusetts, donde tienen dificultades para ubicar África y Europa, no os quiero ni contar lo difícil que es tener que explicar de dónde viene uno, así que acabo diciendo que Murcia es un lugar pequeñito en el sureste de España, a medio camino entre Sevilla y Barcelona. Y cuando me preguntan “¿y qué hay allí?”, para abreviar siempre respondo lo mismo: buen clima y buena gente.
Este domingo, mientras trabajaba en la biblioteca del Clark Art Institute, un colega americano se me acercó y me dijo, en perfecto acento de Philadelphia, que lo había engañado. Cuando lo miré extrañado, me enseñó el New York Times y me señaló un artículo en el que Murcia aparecía como la arcadia del arte y la cultura. Me preguntó si todo aquello era cierto o era tan sólo una exageración para atraer a turistas incautos. Después de leer emocionado el largo texto, y comprobar el despliegue de información, le dije que no sólo era cierto, sino que se habían quedado muy cortos. Culturalmente Murcia es eso y mucho más. Es también el Cendeac, el Lab, el Centro Párraga, la Filmoteca, otras galerías, otros museos... Me quedé en silencio unos segundos pensando y le espeté: "la verdad es que Murcia es realmente un hervidero cultural". Fue entonces cuando mi colega me dijo que había sido muy mal embajador de mi tierra, y que si él viniera de un sitio así no dudaría en presentarlo con la cabeza bien alta. Y la ciertamente tenía razón. Lo que son las cosas, a veces hay que irse muy lejos para darse cuenta de lo que tiene uno.
Para redimirme, lo que he hecho de momento ha sido robar el periódico de la biblioteca y clavarlo con chinchetas en la habitación de mi casita de madera. Murcia ya tiene nombre y lugar en el mapa. Si me pierdo, la gente ya sabe dónde está mi hogar.
[Publicado en La Razón, 2/3/10]
Este domingo, mientras trabajaba en la biblioteca del Clark Art Institute, un colega americano se me acercó y me dijo, en perfecto acento de Philadelphia, que lo había engañado. Cuando lo miré extrañado, me enseñó el New York Times y me señaló un artículo en el que Murcia aparecía como la arcadia del arte y la cultura. Me preguntó si todo aquello era cierto o era tan sólo una exageración para atraer a turistas incautos. Después de leer emocionado el largo texto, y comprobar el despliegue de información, le dije que no sólo era cierto, sino que se habían quedado muy cortos. Culturalmente Murcia es eso y mucho más. Es también el Cendeac, el Lab, el Centro Párraga, la Filmoteca, otras galerías, otros museos... Me quedé en silencio unos segundos pensando y le espeté: "la verdad es que Murcia es realmente un hervidero cultural". Fue entonces cuando mi colega me dijo que había sido muy mal embajador de mi tierra, y que si él viniera de un sitio así no dudaría en presentarlo con la cabeza bien alta. Y la ciertamente tenía razón. Lo que son las cosas, a veces hay que irse muy lejos para darse cuenta de lo que tiene uno.
Para redimirme, lo que he hecho de momento ha sido robar el periódico de la biblioteca y clavarlo con chinchetas en la habitación de mi casita de madera. Murcia ya tiene nombre y lugar en el mapa. Si me pierdo, la gente ya sabe dónde está mi hogar.
[Publicado en La Razón, 2/3/10]
Pues creo que tu amgio lleva razón, pero sinceramente somos demasiado humildes en la piel de toro no piensas así??
ResponderEliminarqué bien. razón no le falta al new york times.
ResponderEliminarñ_ñ
abrazos,miguel.
r
qué bonito tu post, Miguel Ángel. Y es verdad, Murcia hoy tiene una oferta cultural amplia y variada, que nos debe hacer sentir orgullosos. Cuando fui por primera vez a Londres, allá por el 94, hojeé en una librería una guía de viajes, y me quedé de una pieza ante la descripción que se hacía de Murcia. Literalmente se decía que era poco más que un erial que no merecía la pena. Qué equivocado estaba quien así decía. Murcia es una tierra fantástica, y el que la visita, aunque no arroje monedas a una fuente, es raro que no repita y repita.
ResponderEliminarel comentario anterior era mío.
ResponderEliminarSaludos y feliz estancia americana
Charo Guarino
Anda, anda, déjate de tanta modernez y no te me olvides del Museo Salzillo y los pasos en la iglesia de Jesús!!!
ResponderEliminar;-)
Hace unos meses me pararon por la calle con un micro y una cámara de alguna cadena local para preguntarme lo que me gustaba y lo que no me gustaba de Murcia. Esto contesté:
"Me gusta de Murcia su luz, sus comida y su gente. Y lo que no me gusta es que todavía no nos creemos que somos el mejor lugar del mundo".
Pos eso.
jajajajajajajajaajaj Me ha hecho mucha gracia. Eso de buen clima y buena gente, no sé no sé... el clima es para morirse de angustia, y la buena gente tus amigos, tu familia cercana y unos cuántos más y para de contar. Te olvidaste de lo más importante sobre Murcia, aquello que yo suelo decir siempre lo primero cuando me preguntan.LO MÁS CARACTERÍSTICO SON LAS OBRAS EN LAS CALLES. ¿Arte posmoderno? Quizá, pero no se puede dar uno un paseo en condiciones sin que la metralla del petardeo del martillo neumático te machaque los tímpanos. No hay un solo punto en la ciudad donde no se oigan OBRAS. Haced la prueba
ResponderEliminarCáscaradenuez, te niego la mayor.
ResponderEliminarAhora mismo en Murcia obras obras, lo que viene siendo obras grandes, gordas, de las que incordian, duan meses, meten ruído y tienen la calle levantada y el tráfico mareado, solo están las del Tranvía, San Esteban y la Avda, de la Libertad.
El Tranvía afecta a la zona de Emuasa, la Redonda, Rda. Levante, Juan XXIII y Juan de Borbón... 4.5 kms de calles (según GoogleMaps) que ahora incordian mucho en determinados momentos (horas punta), pero dentro de unos meses nos olvidaremos de las molestias, como ya no nos acordamos de los pollos que se montaban con las obras de los túneles de Pza. castilla y Atalayas o cuando pusieron el tramo cero del Tranvía en Juan Carlos I.
La Avda. de la Libertad, una superficie bien grande y bien céntrica, ha ocasionado (y sigue ocasionando) molestias a vecinos, comerciantes y transeuntes, pero creo que los beneficios que reporta compensan, y eso que yo no estoy de acuerdo con la peatonalización de esa calle.
Quien entraba a Murcia desde Ronda Norte y quería llegar a la Gran Vía, desde Juan XXIII antes llegaba en 1 minuto, ahora te tienes que bajar hasta la Redonda y volver a subir... un follón como haya un mínimo de tráfico.
Me muevo bastante por Murcia, andando y motorizado, y en comparación con Madrid, la obra eterna, para tener un 10% de su población tenemos bastante menos obras en proporción
Con tu permiso, esto te lo robo (con tu nombre y apellidos, claro está :)
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarAcabo de llegar a este blog por casualidad y sólo me gustaría expresar mi opinión, que, al parecer, no se corresponde exactamente con la tuya.
No negaré que haya innovación cultural en la Región, pero desde luego también me parece innegable que el tipo de cultura que se promueve aquí es increíblemente elitista. No todos los murcianos tenemos acceso a ciertos tipos de experimentos artísticos. Se echa un poco de menos la cultura y el arte que interesa a la gente y no el que sólo mueve a entendidos en el tema contemporáneo, que es el único que parece interesar al gobierno regional.
Además, me sorprende que menciones la filmoteca, ya que sólo funciona los lunes, en otro cine, porque la sede original lleva meses (¿o años?) de reformas, al igual que el único teatro de esta "fértil" y "culta" ciudad.
Un saludo y mucha suerte por las Américas.