Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
Buscando un lugar donde escriba un crítico de arte encontré "No (ha)lugar". No sé si será el lugar adecuado, parece que sí. Si habla de su catarro y de lo harto que está de los candidatos será porque es una persona sencilla y sincera.
ResponderEliminarYo soy un artista con un blog, al que ningún crítico le ha dicho nunca nada, ni bueno ni malo.
¿Son curiosos los críticos de arte?
Un cordial saludo y felicidades por este "lugar".
Hernando. El artista desnudo.
Hola:
ResponderEliminarHe leído en varios sitios algo relacionado con un tal Guillermo Vargas, conocido por una de sus últimas obras artísticas, consistentes en dejar morir de hambre a un perro. Dejando de lado la idea del concepto no valorativo del arte, sería interesante leer tu opinión al respecto. Yo me pregunto qué sentido tiene intentar enviar cualquier mensaje con un acto similar, y si no se trata más que de una mísera o triste forma de llamar la atención o de incluso lucrarse.
Anda y ve y aunque sea vota a bríos y no te pases de progre, que al hilo del perro, en cuatro días te veo en las Cuatro Esquinas con un perrucho atado con un cordel pidiendo un eurillo para un ladrillo... y diciendo que es una performance, claro!
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