Ellos

Vienen a todas horas. Me escupen, me muerden, me arañan y me arrancan parte del cabello. Yo los miro y me dejo hacer. Sé que lo hacen por mi bien, para que no me duerma, para que no acabe como ellos. Por eso no les reprocho nada. Pero confieso que a veces duele demasiado, sobre todo cuando me clavan sus garras en las encías. En esos momentos, me entra la debilidad y les suplico que me dejen en paz. Y el más pequeño siempre me responde lo mismo: aguanta tanto como puedas, a nosotros nos duele mucho más.

Comentarios

  1. Inquietante nuevo relato del Lovecraft murciano...espero que no esté inspirado en ninguna experiencia personal en manos de algún sacamuelas...
    Al final va a ser verdad eso de que, dolorido y atormentado, el artista rinde mucho más...espero que te repongas cuanto antes de tu costado chuchurrío, para que puedas seguir ilustrando a tus alumnos...

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  2. ¿Podemos saber de qué se habla? Estoy perdida, falta de imaginación , quizás.

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  3. Te comprendo, Mery. No se habla de nada en particular. Es una abstracción. Son los miedos, los temores y los dolores que nos acechan, amorfos, sin imagen, pero con materialidad. Y sobre todo habla de la creencia de que siempre puede ser peor. De todos modos, tampoco sé darle una explicación racional. Estas microficciones juegan siempre con la ambigüedad. Y es normal (y deseable) que, al final, no se sepa de qué se habla.

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  4. Echaba de menos estos relatos.

    Si ya tenemos a la Carrie Bradshaw del Segura (nuestra Lola Gracia) tampoco está mal tener nuestro propio Lovecraft!!!

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  5. Y pensar que esta semana tengo hora (desde hace seis meses, eso es previsión) con mi querida amiga dentista.

    Uuff, espero no recordar demasiado esta entradita del "Lovecraft murciano" cuando esté mirando a la luz del techo y al flexo puesto sobre mí, con la boca abierta y el baberillo colocado.

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