Refugio

Cuando vimos llegar a los hombres, dije que nos escondiéramos en el sótano. Allí estaríamos a salvo. Pero aun así lograron encontrarnos. Sin mostrar piedad alguna, nos amordazaron, nos violaron y seccionaron nuestros cuellos. Pasado el tiempo, sigo creyendo que el sótano era el lugar más seguro de la casa. Por eso ellas se empeñan en no dejarme salir de aquí.

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Comentarios

  1. Un día te haré unas propuestas sobre estas microficciones... o mejor, te haré la propuesta una noche, agazapados en las sombras de un suspiro y con el aliento del temor como única música de fondo... que no, que no me sean zerolines, que me refiero a que le voy a decir una cosa al oído una noche que nos encontremos en un bar acerca de lo que podría ser un magnífico proyecto creativo... malditos malpensados.

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  2. Que el Señor nos guarde de los consejeros, de los guardianes, de los sótanos, de los violadores y además de los que jamás reconocen que la cagaron.
    Ahora que lo pienso todos estamos en el sótano, creemos que estamos seguros aquí arriba, pura fantasía, alguien o algo, cada día nos amarra, viola, cercena y miente con plena impunidad, casi siempre en nombre del estado, del banco, la iglesia, de los derechos (de los demás) y del aparato montado hace milenios.

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