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Acechanzas

Después de un día de sol, apagó la luz para descansar del acecho de su sombra. No cayó en la cuenta de que en ese momento se abalanzaría sobre él.

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Comentarios

  1. Que suerte de ser ciego e insensible, hasta ahora no me había dado cuenta de lo molesta que es la luz y la dureza del calor.
    ¡Cuántas ventajas tengo!

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  2. Enhorabuena, Miguel Ángel, llevaba unos días sin entrar en tu página, y he leído, releído y vuelto a releer tus últimos post. La serie de microrelatos me ha resultado fascinante. Por no hablar de la foto del robo. Cuando estéis en Sangonera...

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