Textos que se atragantan
Hay textos que se atragantan. Estos días estoy con uno que llevo en la garganta ya varios años. De hecho, es la segunda vez que me planteo desistir. Me ha servido como conferencia ya en dos ocasiones, pero no logro darle un formato académico. Es un texto sobre cómo en ciertas novelas de la crisis algunos personajes emplean el arte (o la creatividad) como resistencia a la creatividad. Lo esbocé en 2017 para un encuentro sobre literatura y precariedad. Di la conferencia. Gustó. Pero luego me retiré en última instancia del libro en el que tenía que aparecer (Narrativas precarias, coordinado por Christian Claesson). Fue una pena, porque ya estaba casi, pero no tenía el tiempo para hacerlo.
El año pasado, en el encuentro Ficciones sobre arte, volví a rescatar el texto para la conferencia. Lo tenía ya esbozado. Incluí alguna referencia más y me prometí convertirlo, ahora sí, en un artículo académico. Pero el tiempo ha pasado y, de nuevo, se ha atragantado. Llega el deadline y yo solo quiero desistir. No sé cuál es la razón, pero el texto se me resiste. No encuentro la manera de sacarlo adelante.
Voy a darle una última oportunidad, pero solo quiero quitármelo de encima. Quitármelo para poder volver a sentarme a escribir la novela, que es en realidad el texto que realmente quiero escribir. Tal vez sea eso. No que se atragante, sino que no lo quiero escribir, que ya no va más, que se ha acabado del todo la máquina de artículos académicos. No sé. Pero el caso es que todo lo veo cuesta arriba. Y no me apetece subir. Al menos no en este momento. Así que estoy tentado a dejarlo, una vez más. Desistir dos veces. He fracasado mejor, pero he vuelto a fracasar.
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