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Ánimo de blog

 Ha pasado tanto tiempo que ya ni recordaba cómo había que entrar aquí. Casi un año de ausencia. Y eso que me había prometido regresar. Pero pasa lo de siempre: el tiempo. El tiempo que falta. El que hace que las promesas nunca logren cumplirse. Pero ahora, mientras comienzo a escribir este post y los dedos se mueven sobre el teclado sin dudar un solo segundo, me reafirmo: tengo que volver aquí. We have to go back, Kate!, que decía mi querido Jack de Perdidos. We have to go back, sin duda alguna. A este espacio donde no hay que medir caracteres, donde no hay presión porque no te lee ni el tato, donde la escritura puede fluir de un modo que casi emula al pensamiento. Escribir como se piensa. Pensar mientras se escribe. Ya lo echaba de menos. Y, sin embargo, he tardado casi un año. Un año en el que han pasado tantas cosas que hacer recuento se me hace muy largo. Cosas de todos los colores. Dos libros nuevos, una acreditación, varias caídas, kilos de más, noches de más... todo de más y algo de menos. Menos tiempo que de costumbre. Quizá por eso lo he ido dejando siempre para más adelante. Escribir aquí, digo. Sin presión. Siempre hacia delante. Sin pararme a corregir, sin pensar apenas las palabras que elijo; como mucho la ortografía, aunque alguna errata se cuela siempre. Pero, vamos, que hoy solo quería decir que estoy por la labor. Una vez más. La labor de estar por la labor. La labor de decidir que esta vez sí que sí, que esta vez regreso a mi no(ha)lugar. Voy a quitar algunas telarañas y me propongo recomenzar. Dejando notas de lectura de libros, percepciones, ideas... qué sé yo, lo que se me pase por la cabeza. Para eso es un blog, un cuaderno de bitácora, un espacio de escritura y lo que surja. Y ya por hoy me callo, que tampoco es necesario dejarlo salir todo de una vez. Pero que vuelvo, de verdad. Me lo digo a mí para convencerme. Lo escribo aquí también para obligarme. Para irme de todo y quedarme aquí. En mitad del éxodo masivo a Bluesky, yo me vengo aquí a mi casita. Aunque me asome por las redes (esas del like y el reposteo), pero quisiera que este fuera el verdadero lugar de encuentro. Eso me digo ahora, tal vez porque me he levantado con ánimo. Con ánimo de escritura, con ánimo de blog, con ánimo de no(ha)lugar.

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