Volver, una vez más

¡Cuánto tiempo sin entrar por aquí! Casi un año hace ya de la última entrada. Ni siquiera subo las entregas semanales de mi diario en La Verdad. Y mira que lo prometí –no sé a quién, quizá a mí, pero el caso es que lo prometí–. No tengo remedio. Pero hoy, no sé por qué, llevo todo el día pensando en que voy a recuperar este espacio. No sé tampoco las veces que lo he dicho en los últimos tiempos. Que lo voy a recuperar, que empezamos de nuevo, que es una pena que este "no (ha)lugar" se pierda. Y esta va a ser una de tantas. Un nuevo comienzo. Otra vez más.

También lo escribí aquí: estoy cansado de las redes sociales, del odio de Twitter, del diseño terrible de Facebook... añoro tanto aquellos inicios de la web... Sin megustas, sin reestricciones, sin esa saturación visual que te rompe los ojos, sin la publicidad constante cada tres posts, sin tanta mierda, la verdad. Tal vez sea por eso por lo que hoy me he levantado con ganas de resucitar esto y quitarle las telarañas. Y también porque me he encontrado con ganas de escribir algo que no sea tan evanescente como en Twitter o Facebook, que no esté sujeto a la inmediatez, que no deje de tener sentido más allá del instante en que se publica. Ya digo, no sé, y ese no saber quizá también sea una razón para escribir aquí. Porque parece que en las redes hay que saber de todo, posicionarse, estar encima de lo que sucede. No valen las medias tintas, el gris, lo complejo, lo que llega después.

Así que volvemos. No sé –de nuevo, no saber– durante cuánto tiempo, pero hoy renace este blog. Y lo que dure ha durado.

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