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Diario de Ithaca 20 (Preferiría no hacerlo)

[Emitido en Preferiría no hacerlo, programa literario de Aragón Radio. 22/02/16. Escuchar Podcast]

La clase se me hace esta mañana más larga de la cuenta. Una vez más he pasado la noche preparándola. A la mitad me siento cansado y no encuentro las palabras. Quiero explicar un concepto complejo, pero el inglés no me da para ello. Mientras hablo, con el piloto automático puesto, pienso en parar, levantarme y salir a tomar aire. Me puede, el inglés me puede.

Por la tarde asisto a la conferencia de Elizabeth Povinelli. Es una de las senior fellow de este año y habla sobre el concepto de geontopower. Después de dos días leyendo sus textos, un seminario y una conferencia, no logro entender nada. Estos días estoy absolutamente lost in translation, totalmente extraviado en el lenguaje y sin posibilidad de salir.

Después de la charla, Viranji invita a todos los becarios a una cena en honor de Povinelli. Con el primer dry Martini recupero el inglés y empiezo a verlo todo de modo diferente. Hablo, intento hacer gracias e incluso acabo tocando el piano. Todo es armonía ahora. Raquel también lo siente. Hay feeling. Buen rollo. Al menos eso.

Al día siguiente llega el verdadero frío y se va la calefacción. Desde que llegué no funciona bien, y sobre todo se estropea cuando comienza el frío extremo. La casera nos trae un radiador eléctrico y al menos así se puede aguantar la noche.

El sábado miro el termómetro en el móvil y no doy crédito al frío que hace en el exterior. Sensación térmica de menos 34. Desde la ventana veo pasar a la gente en la nieve y parece una escena de Fargo, o de Juego de Tronos, el mundo más allá del muro. Salgo unos segundos a la calle sólo para comprobar que es verdad. Se me congela el alma.


Paso el fin de semana encerrado corrigiendo las traducciones para el catálogo de Gramáticas de la Temporalidad y empiezo a preparar las clases sobre el anacronismo. Mientras, acabo la lectura del manuscrito de la novela de un amigo. Es mucho mejor escritor que yo y no sé cómo se tomará mis correcciones. Al final soy sincero y le digo lo que pienso. Le escribo un largo mail con lo que yo haría con la novela y cómo podría mejorar. Uno no sabe nunca cómo afrontar estas cosas. De nada sirve decir “me ha encantado”. Hay que ser incluso más duro de la cuenta. De lo contrario no tiene sentido.

El lunes por la mañana tengo una epifanía: encuentro el modo de escribir el ensayo sobre el anacronismo en el arte contemporáneo. El texto experimental que he escrito para la exposición de Pablo Genovés me ha abierto los ojos. Es así como quiero escribir. Al menos como quiero hacerlo en este momento. Entre la crítica de arte y la narrativa. Esbozo unos párrafos y me convenzo del todo. Eso sí que me apetece escribirlo. Comienzo la semana ilusionado.

Por la noche, vemos el penúltimo capítulo de Expediente X. Este regreso sólo es apto para nostálgicos. Es puro manierismo y reflexión sobre lo que ya dicho, una apostilla que no tiene demasiado sentido más allá de poder volver a decir la serie, a enunciarla, en un contexto diferente. O lo que es lo mismo: una estrategia de mercado. Poder vender lo ya vendido sin decir nada nuevo. Supongo que la Nueva Twin Peaks será algo parecido. Aprovechar el tirón y el mercado de las series actuales para hacer regresar productos que ya tuvieron su vida. se me ocurre el concepto de “series zombie”. Lo único bueno es que ha vuelto Scully. Y cada semana que pasa me enamoro un poquito más de ella.

El martes por la tarde, después de pasar el día encerrado releyendo las consideraciones sobre Brecht de Didi-Huberman, nos animamos a acercarnos a la noche de trivial de The Hunt. Algunos becarios acuden todos los martes. Cultura popular, historia, música… no acierto ni una pregunta. Raquel descifra varias y la fichan para la próxima semana. A mí el Trivial nunca se me ha dado bien, ni siquiera cuando entiendo lo que me preguntan.

El miércoles Ithaca parece una pista de hielo. La lluvia del día anterior se ha congelado y apenas  es posible andar sin resbalarse. Milagrosamente llego a la Society sin caerme. Cuando regreso por la tarde, me pilla una tormenta de nieve y apenas puedo encontrar el camino. Esto es inhóspito. Pienso en Murcia. Pienso en mi casa. Pienso en que no veo el momento de regresar.




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