Eso haré
–¿Y si digo que últimamente sólo leo narrativa y que, con la excepción de algún texto de encargo, no me apetece escribir ensayos?
–Quedas mal.
–¿Por qué?
–Porque sí, ¿es que no lo ves? Eres profesor, y crítico, te dedicas a eso.
–Ufff, pero es que me interesa más lo que dicen los escritores que lo que dicen los artistas.
–No me lo creo.
–Es raro, lo sé. No es que ya no me interese el arte. Es que parece que sólo me interesa a través de la literatura.
–A ver, explícate.
–Pues eso, que parece que necesito el filtro de la escritura para que me interese lo que los artistas visuales quieren decir. Es como si la narrativa me hubiera atrapado. Me interesan las historias que me cuentan las novelas. Más que la teoría que me cuentan los ensayos. O incluso más que las imágenes que me ofrecen algunos artistas.
–Ya veo.
–Es como si estuviese virando hacia otro lugar.
–¿Como si cambiaras de campo?
–Quizá.
–¿Como si en el fondo estuvieses pasando de la Historia del Arte a la Literatura?
–Más o menos, sí.
–Pues entonces no te preocupes.
–¿Por?
–Porque en el fondo es todo la misma cosa.
–...
–Sí, eso de poner fronteras es ganas de liarlo todo. Es la misma cosa. Tú escribe. Y ya está. El resto es una cuestión de marco.
–Escribir, eso.
–Lo que quieras, lo que te apetezca, lo que necesites, lo que no puedas evitar, lo que te esté rompiendo por dentro... lo que sea.
–Ya ¿aunque sean diálogos como estos?
–Aunque sean diálogos como estos.
–¿Aunque los marcos sean porosos?
–Aunque los marcos sean porosos.
–¿Aunque tanto "aunque" suene repetitivo?
–Aunque tanto "aunque" suene repetitivo.
–De acuerdo. Me has convencido.
–Entonces déjalo por hoy. Ya está bien. Corta antes de que sueltes algún improperio; sabes que últimamente estás muy faltón.
–Sí, lo sé. Pero hoy no insultaré a nadie. No ha parado de llover en todo el día. Y no puedo dejar de estar triste. La gente muere. Muere sin parar.
–Es lo que hay.
–Pero mueren y hacen que las cosas pierdan sentido.
–Entonces escribe.
–Eso hago.
–Pues no ceses de hacerlo, aunque sea en tu imaginación.
–Eso haré.
–...
–...
–Quedas mal.
–¿Por qué?
–Porque sí, ¿es que no lo ves? Eres profesor, y crítico, te dedicas a eso.
–Ufff, pero es que me interesa más lo que dicen los escritores que lo que dicen los artistas.
–No me lo creo.
–Es raro, lo sé. No es que ya no me interese el arte. Es que parece que sólo me interesa a través de la literatura.
–A ver, explícate.
–Pues eso, que parece que necesito el filtro de la escritura para que me interese lo que los artistas visuales quieren decir. Es como si la narrativa me hubiera atrapado. Me interesan las historias que me cuentan las novelas. Más que la teoría que me cuentan los ensayos. O incluso más que las imágenes que me ofrecen algunos artistas.
–Ya veo.
–Es como si estuviese virando hacia otro lugar.
–¿Como si cambiaras de campo?
–Quizá.
–¿Como si en el fondo estuvieses pasando de la Historia del Arte a la Literatura?
–Más o menos, sí.
–Pues entonces no te preocupes.
–¿Por?
–Porque en el fondo es todo la misma cosa.
–...
–Sí, eso de poner fronteras es ganas de liarlo todo. Es la misma cosa. Tú escribe. Y ya está. El resto es una cuestión de marco.
–Escribir, eso.
–Lo que quieras, lo que te apetezca, lo que necesites, lo que no puedas evitar, lo que te esté rompiendo por dentro... lo que sea.
–Ya ¿aunque sean diálogos como estos?
–Aunque sean diálogos como estos.
–¿Aunque los marcos sean porosos?
–Aunque los marcos sean porosos.
–¿Aunque tanto "aunque" suene repetitivo?
–Aunque tanto "aunque" suene repetitivo.
–De acuerdo. Me has convencido.
–Entonces déjalo por hoy. Ya está bien. Corta antes de que sueltes algún improperio; sabes que últimamente estás muy faltón.
–Sí, lo sé. Pero hoy no insultaré a nadie. No ha parado de llover en todo el día. Y no puedo dejar de estar triste. La gente muere. Muere sin parar.
–Es lo que hay.
–Pero mueren y hacen que las cosas pierdan sentido.
–Entonces escribe.
–Eso hago.
–Pues no ceses de hacerlo, aunque sea en tu imaginación.
–Eso haré.
–...
–...
A mí hace muuuchos años que sólo me interesa la narrativa, y te lo puedo confirmar: quedas mal. Fatal. Pero con un poco de suerte, lo pasas bien. A veces, incluso, muy bien. Y si los marcos son porosos, ni te cuento
ResponderEliminarBuen texto. Pero es curioso porque la inmortalidad es para algunos filósofos la gran destructora del sentido. Es decir, la necesidad del acontecimiento 'muerte' o, por lo menos, su descubrimiento, hace que todo lo demás adquiera un valor fundamental. Incluso la muerte dota de sentido a las historias, a la narrativa. Estas ideas las escuché el otro día en el coche, en un podcast bastante jugosos que me descargué de la Fundación Juan March. Con el título, "Una teoría del bien", Miguel García Baró reflexiona sobre el particular. Un abrazo, Mahn! Impaciente por leer tu novela en Anagrama.
ResponderEliminarCualquier cosa es más interesante que lo que producen a fecha de hoy los artistas visuales. Incluso la narrativa.
ResponderEliminarA primera vista se podría pensar que sí, que cualquier cosa es más interesante que los artistas visuales de hoy pero no, no cualquier cosa. ¿Es más interesante el fútbol, la programación televisiva, la política actual, la economía, el cine de masas...Eso es lo que hay hoy y no es más interesante que lo que producen los artistas o algunos artistas. Margarita
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