Good bye Facebook
En mi intento de desengancharme de la red y de comenzar una dieta digital absolutamente necesaria, esta semana he desactivado mi cuenta de Facebook y he abandonado –ya no sé si para siempre– la comunidad digital en la que pasaba horas y horas de mi vida. Confieso que el abandono ha sido absolutamente traumático. Y es que, aparte del lógico mono que sufre todo enganchado a una serie de rutinas, la perversión de la última pantalla antes de desactivar la cuenta de Facebook, me ha dejado ciertamente trastornado.
Después de haber dejado claras las razones que te llevan a la desconexión –y de que, por supuesto, Facebook trate de convencerte dándote opciones para que lo pienses mejor–, antes del último paso –del último click–, aparece una pantalla con las fotos de perfil de algunos de tus amigos y Facebook te dice que te echarán de menos. Amigos que están a la vuelta de la esquina y con los que podrás tomar copas cuando quieras, o amigos que ni siquiera conoces físicamente. Todos llorarán tu partida, parece decirte el programa. Falta la música de violines.
Abandonas entonces Facebook con la sensación de haber traicionado la confianza que había sido puesta en ti. Se trata de un suicidio digital. De hecho, existe una aplicación en Internet concebida precisamente para que el abandono sea más fácil y menos doloroso: «Web 2.0. Suicide Machine». Estamos, sin duda, ante una forma refinada de control y manipulación de las emociones. Facebook es el estado más avanzado de lo que Fernández Porta ha llamado capitalismo emocional. Una última fase del capitalismo que ataca lo más vulnerable y peligroso: el mundo de los afectos.
[Publicado en La Razón, 1/7/11]
Después de haber dejado claras las razones que te llevan a la desconexión –y de que, por supuesto, Facebook trate de convencerte dándote opciones para que lo pienses mejor–, antes del último paso –del último click–, aparece una pantalla con las fotos de perfil de algunos de tus amigos y Facebook te dice que te echarán de menos. Amigos que están a la vuelta de la esquina y con los que podrás tomar copas cuando quieras, o amigos que ni siquiera conoces físicamente. Todos llorarán tu partida, parece decirte el programa. Falta la música de violines.
Abandonas entonces Facebook con la sensación de haber traicionado la confianza que había sido puesta en ti. Se trata de un suicidio digital. De hecho, existe una aplicación en Internet concebida precisamente para que el abandono sea más fácil y menos doloroso: «Web 2.0. Suicide Machine». Estamos, sin duda, ante una forma refinada de control y manipulación de las emociones. Facebook es el estado más avanzado de lo que Fernández Porta ha llamado capitalismo emocional. Una última fase del capitalismo que ataca lo más vulnerable y peligroso: el mundo de los afectos.
[Publicado en La Razón, 1/7/11]
¡¡¡¡¡Ay Dios mío!!!!!, ¿has abandonado ese "campo de concetración voluntario".... y encima te pesa.... debe ser un síndrome de Stocolmo virtual....
ResponderEliminarFirmadas las actas voy sintiendo cierta libertad a la hora de escribir por aquí: menos facebook y más responder a las tutorías hermoso, tanta realidad virtual está haciendo que se pierdan las formas y la sensibilidad ante el trato certero con seres de carne y hueso. El otro día ví una noticia sobre clínicas de rehabilitación para "enganchados" a las redes virtuales... creí que era una exageración, una noticia publicitaria para alguna clínica, pero ya veo que no lo es.
bravo.
ResponderEliminara disfrutar del tiempo-libre
Eso! Facebook que penica... Pero nadie se acuerda del hermano bastardo de TUENTI! (Que también te has borrado)
ResponderEliminarConfio en que la dieta digital no tenga nada que ver con la operación bikini. Soy .... y llevo más de cuatro meses sin probar una gota de facebook. (aplausos)
ResponderEliminarAhora os dais palmaditas en la espalda diciendo: "Si, joder! Lo estamos consiguiendo! Vamos a contracorriente" Y levantais al cabeza como si fuerais los pioneros de algo.
ResponderEliminarPero mas tarde o temprano volveréis a caer... No dajáis de ser parte de la sociedad de consumo, vuestro mundo acabará demandandoos que volvais...
MUAHAHAHHAHAHA
Jajaja.. bueno, espero al menos seguir leyéndote por aquí :-)
ResponderEliminarSaludos,
Félix García
Quita eso que tienes a la derecha de "comentarios recientes", aboba el blog y lo hace corriente.
ResponderEliminarAh, y lo de twiter, es demasiado cursi. ¿Necesitas sentirte popular?
ResponderEliminarSupongo que todo es cuestión de gustos. No creo que los comentarios recientes hagan del blog algo más corriente de lo que ya es. Porque no es otra cosa, ni pretende serlo. Es algo corriente y moliente.
ResponderEliminarY lo de Twitter, ¿cursi? Será de nuevo cuestión de gustos. O será que en el fondo –y en la superficie– yo no sea más que un cursi. Y a mucha honra.
Y ¿"sentirme popular"? Quizá sí. O no. O qué importa. Quién sabe las razones que llevan a uno a usar redes sociales, o a dejar comentarios autoritarios diciendo lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo. ¿Necesitas sentirte tú especial?
Pues sea lo que sea, las palabras de los críticos pueden sonar como quieran, aunque a veces no sean palabras que signifiquen mucho, incluso nada: INMODIFICADO, ESTATIZADA, INSCRITURA, INMERSIVIDAD, ESCOPÍA, DESADECUACION, RETORICIDAD, MAQUÍNICA, GRAMATOLIGÍA.
ResponderEliminarBueno yo te echaré de menos porque no me voy de copas nunca ni salgo mucho de los círculos donde me muevo y encima no puedo ir a clase. Sea como sea tu decisión es parecidsa a la mía. Yo decidí estudiar una carrera con el tiempo que me quitaba la televisión y empiezo quinto el año que viene.
YO SÍ TE ECHARE DE MENOS. ERAS PARTE DEL OASIS VIRTUAL QUE HACÍA INTERESANTE LA MATRIX DE ZUCKERBERG... menos mal que nos queda el blog... Hasta pronto...
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