Fin de año

Se va un año largo, intenso, lleno de emociones y descubrimientos. Hice las Américas, descubrí la paz de los bosques de Nueva Inglaterra, volví a Murcia, me traje conmigo el sosiego y la calma (aunque a veces se me olviden en el cajón), redescubrí la música, descansé, trabajé, viajé, escribí, me divertí, reí y amé, y lo sigo haciendo (todos los días). Pero 2010 también se llevó a grandes amigos. Y en 2010 seguí añorando a quienes perdí hace ya más tiempo. Las risas estuvieron siempre atravesadas por las lágrimas, y en cada lágrima, sin embargo, afloró una posibilidad de futuro. Nada nuevo, pero todo sorprendente. La vida sigue y seguirá igual. Igual de hija de puta, pero también igual de maravillosa.

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