Letra a letra
Hay textos que no salen de ninguna manera. Se meten dentro y no hay humano que los pueda sacar de ahí. Llevo varias semanas ya con uno de esos escondido en algún lugar de mi sistema nervioso. Anoche comencé a extraerlo, pero intuyo que el proceso será lento. Me lo estoy quitando con pinzas, letra a letra, signo a signo. Luego habrá que reconstruir y esperar a que la herida cicatrice. A este paso, el cuerpo textual no sanará nunca. Por eso, en última instancia, he pensado en vomitar, echarlo todo sin digerir y que sea lo que Dios quiera.
Vomitar esas cosas puede resultar mucho más difícil de lo que parece
ResponderEliminarpero siempre es lo mejor...
ResponderEliminarEl vómito es una estrategia-alud cuyos beneficios son indiscutibles.
ResponderEliminarHay un poeta que nos invitó al vómito...
Saludos.