Ir al contenido principal

Bye, bye Williamstown

Este es el último post que escribo desde Williamstown. En unas horas dejaré este pueblecito perdido en las montañas y regresaré a mi Murcia querida. Es tiempo de hacer balance, y éste no puede sino ser positivo. Han sido unos meses de ensueño. La vida en la VSR (Visiting Scholar Residence) ha sido tranquila y apacible. Con los demás fellows casi se ha creado una familia. Wanda Corn y Larry Silver han hecho de padres, y a mí, el más joven del grupo, me ha tocado hacer de hijo pequeño. Una experiencia memorable, la verdad. Como también una experiencia increíble ha sido poder trabajar en este entorno privilegiado. He tenido los libros que he querido, todo lo que necesitaba, un asistente, un bibliotecario casi para mí solo, y toda una comunidad intelectual dispuesta a hacerme la vida lo más fácil y agradable posible. Vamos, el paraíso terrenal.

En este tiempo he recuperado el placer de la lectura y la investigación. Apenas he escrito, o he escrito mucho menos de lo que esperaba hacer. Han sido meses de lectura y reflexión. He leído por el placer de aprender, sin tener que dar cuenta inmediata de lo que estaba haciendo. Y he podido pensar con tranquilidad. Me vine con la intención de acabar un libro, y regreso con la idea de apenas haberlo empezado. Supongo que algún día lo finalizaré. Ahora no tengo prisa alguna. Aquí he disfrutado en el proceso, y pienso seguir haciéndolo.

Después de un periodo de mi vida en el que casi me había vaciado de escritura, necesitaba volver a recargar baterías. Leer, investigar, conocer, reflexionar. Y no escribir tanto. En este pueblo he descubierto al Bartleby que llevaba dentro y que no había dejado salir. He descubierto otra temporalidad, otra manera de afrontar las cosas, sin prisas, sin carreras, sin estrés, sin esa locura en la que he estado inmerso estos últimos años.

Sólo espero poder conservar esto a mi vuelta a Murcia. Lo intentaré por todos los medios. Procuraré llevar conmigo el Paraíso y la tranquilidad que aquí he recuperado, este tiempo pausado y pleno que me ha permitido retener y saborear, aunque haya sido brevemente, esta vida que desaparece en cada segundo.


Bye, bye Williamstown.

Comentarios

  1. Un abrazo amigo y a ver si nos vemos. Cuando leas esto te habrás enterado de la auténtica desgracia de nuestro Real Murcia, pero bueno, eso son disgustillos pasajeros (hay cosas más importantes, claro está). El año que viene abonaté que hay que estar con el equipo.
    Feliz viaje de regreso con tu iPad y montón de (seguro) buenos recuerdos.

    ResponderEliminar
  2. WELCOME TO YOUR LAND
    emilio

    ResponderEliminar
  3. WELCOME TO YOUR LAND

    emilio

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué maravilla lo que cuentas, Miguel Ángel! Puedo hacerme una idea del privilegio que para ti ha supuesto ese largo período de reencuentro con la lectura. Me alegro sinceramente de lo que allí has encontrado y de lo que llevas contigo de vuelta. Abrazos desde Verona

    ResponderEliminar
  5. Bienvenido a casa... pero... ¿cuánto tardarás en volver a coger un avión a remotos lugares?

    Que pareces el baúl de la Piquer.

    Y encima te vienes sin el best-seller :-(

    ResponderEliminar
  6. Si te das prisa, puede que llegues antes que los chicos de la roja

    ResponderEliminar

Publicar un comentario