Disparar desde Murcia
En los últimos tres o cuatro años, estamos asistiendo en Murcia a la consolidación de una generación de escritores que ha comenzado a trascender las fronteras de lo local y se ha catapultado (después de unos años de anquilosamiento) al panorama nacional (y, en ocasiones, internacional). Parece que las editoriales nacionales han comenzado a advertir el potencial literario de la Región. Sin ánimo de ser exhaustivo, a uno se le pasan rápidamente por la cabeza los nombres de Manuel Moyano, Gregorio León, Lola López Mondéjar, Patrick Ericson, Paco López Mengual, Irene Jiménez, Javier Moreno y otros muchos que, con estilos, historias y desarrollos diferentes, han dado en los últimos años un salto a la industria editorial nacional. Los premios, las menciones y la repercusión avalan lo que, sin duda, es una etapa dorada para la literatura de esta región.
Uno de los últimos en saltar a la palestra nacional ha sido Enrique Rubio, un joven escritor que ha entrado por la puerta grande en el mundo del best-seller, revolucionando el panorama de la literatura negra contemporánea con su obra Tengo una pistola, un libro que, sin duda, merece la pena leer. Pocas veces uno se va a encontrar una opera prima tan solvente y bien trazada. Además, y esto viene bien para el verano, se trata de un libro entretenido y adictivo, que uno agarra y no suelta hasta el final. Pero sobre todo, es una obra que presenta como muy pocas el mundo de las nuevas tecnologías, Internet y el mundo de los videojuegos. Una novela que abre los ojos sobre nuevos modos de vida vinculados directamente con una existencia virtualizada de la que ya difícilmente vamos a poder escapar.
Uno de los últimos en saltar a la palestra nacional ha sido Enrique Rubio, un joven escritor que ha entrado por la puerta grande en el mundo del best-seller, revolucionando el panorama de la literatura negra contemporánea con su obra Tengo una pistola, un libro que, sin duda, merece la pena leer. Pocas veces uno se va a encontrar una opera prima tan solvente y bien trazada. Además, y esto viene bien para el verano, se trata de un libro entretenido y adictivo, que uno agarra y no suelta hasta el final. Pero sobre todo, es una obra que presenta como muy pocas el mundo de las nuevas tecnologías, Internet y el mundo de los videojuegos. Una novela que abre los ojos sobre nuevos modos de vida vinculados directamente con una existencia virtualizada de la que ya difícilmente vamos a poder escapar.
Que no se te olvide Jerónimo Tristante.
ResponderEliminarClaro, el jefe de todos. De hecho, este post el el principio de la reseña que hice de 1969:
ResponderEliminarhttp://www.diarioelfaro.es/noticia.asp?ref=126161
Ya me "extreñía" a mi...
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