Demasiado
Primer día de clases. Como siempre, cuesta trabajo acostumbrarse y arrancar la maquinaria. Esta mañana, para despertar a los más somnolientos, tocaba el tema del dolor en el arte contemporáneo. Y creo, sinceramente, que se me ha ido la mano. En el momento en el que Bob Flanagan se abría el prepucio y clavaba su glande en un tablón de madera he podido vislumbrar cómo amarilleaban algunos rostros (los pocos que podían mirar la pantalla). Así que he tenido que parar el vídeo antes de que alguien tuviera que abandonar el aula. Pensando un poco, creo que ha sido una re-entrada demasiado cruenta. Pero había que bajar de alguna manera el roscón de reyes. Y un buen modo era resensibilizar el tejido adiposo de la pupila, adormecida y agilipollada por la telebasura navideña.
Esta historia de Bob Flanagan y el dolor en el arte contemporáneo me recuerda un chiste que me contó mi amigo Antonio al comienzo de nuestra sufrida adolescencia, hace justo ahora varios años luz. La historia va sobre un tipo que se está pegando martillazos en el pene (mi amigo dijo en la polla; ustedes lo disculparán, pero, como decía, estábamos entrando en la adolescencia) sobre un yunque de platero o tas. Un segundo sujeto, cuya presencia en un acto tan íntimo no se explicaba debido a la brevedad del chiste, le espeta: pero bueno, hombre, ¿qué está haciendo usted?. El primero le contesta: me masturbo. El segundo, curioso, inquiere: ¿y cuándo se corre usted, si puede saberse. Y el primero: cuando fallo.
ResponderEliminarFíjate, nosotros venga a darle al arte contemporáneo a tan temprana edad, y sin enterarnos de nada. Lástima de prometedora carrera echada a perder.
Miguel Ángel, eso de Flanagan es una crueldad! Reza porque no haya ningun alumnos tuyo con contactos en Estrasburgo porque si no te pueden terminar llevando ante el Tribunal Internacional de Derechos Humanos...
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarLos primeros días son siempre malos, en especial los primeros días de clase después de las fiestas de navidad, y con el tiempo que hace, a pocos le apetecen ir a clase.
Un saludo
Valiente. Ahora ya sé por dónde tirar para el próximo lunes. Lo malo es que en mi clase tengo mucho correcto. Necesitaré un profilático.
ResponderEliminarSe me pone la cara amarilla, y sin necesidad de ver las imágenes. Lo juro. Y muy bueno el chiste del onanista heroico (1er comment): no va a ser el amor cosa fácil... Saludos.
ResponderEliminarCreo que en un Maratón de Cine pusieron una película con una escenita del tipo de la que cita, con miembro masculino rebanado o algo así. Pensar que no fui a ese maratón porque estaba convaleciente de una operación de fimosis...
ResponderEliminarCreo que ese maratón al que te refieres Tigretón no era un pene rebanado, sino de un tipo masturbándose mientras se clava un cuhcillo repetidas veces en el estómago hasta el punto de que, una vez se agota el semen que ya hemos visto salir, comienza a brotar sangre...
ResponderEliminarPara los interesados, esta lindeza os la podreis encontrar en "Nekromantik" de Jörg Buttgereit. Cosa fina...