Reencuentros

Hacía tiempo que no descansaba como lo he hecho este fin de semana. Tiempo de asueto. Leer, dormir, escribir y tocar el piano. Tiempo también de reencuentro con amigos y familia. Y tiempo de reencuentro conmigo mismo. Hacía meses que andaba perdido.

Ahora, tras el breve reencuentro, hay que ponerse de nuevo manos a la obra. Queda el último sprint del año. Como siempre, diciembre se presenta cuesta arriba. Mil cosas que entregar que hay que compaginar con mil compromisos que atender. Supongo que es lo que toca, aunque hablando de tocar, este fin de semana me ha hecho pensar de nuevo en la necesidad de encontrar tiempo para ejercer el noble arte de tocarse los huevos.

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