En la página 203 de Dietario voluble, leo que hay muchas formas de llegar y que la mejor es no partir. Me quedo un buen rato pensando. Decido entonces que es buen momento para regresar de mi largo viaje. Y permanezco inmóvil unos segundos, intentando volver al lugar desde el que emprendí mi marcha. Observo, sin embargo, que ese lugar nunca existió.
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.
Me asustas, Miguel Ángel..., me asustas....
ResponderEliminarLo de llegar y no partir me ha recordado este soneto de Lope.
ResponderEliminarSalud.