Libros e infieles
Esta tarde hemos presentado en Madrid, en La Central del Reina, el libro Nosotros los más infieles. Narraciones críticas sobre arte cubano, una antología de Andrés Isaac Santana que hemos editado en el Cendeac. El libro, la verdad, merece mucho la pena. Casi mil páginas repletas de reflexiones indispensables para entender el arte y la identidad cubana de las últimas décadas. Sorprendentemente, incluso antes de la presentación ya se había iniciado una polémica violenta en torno al libro y lo que representa. Aunque lo siento por el autor, cuyo trabajo ha sido más que considerable, he de confesar que me he alegrado muchísimo al conocer la disputa. En un país como este, donde la gente sólo discute por el fútbol y poco más, que un libro(una cosa con letras, páginas e ideas) sea capaz de generar algún tipo de polémica, me parece un motivo de satisfacción tremendo.
Y hablando de libros, creo que tendré que restringir las presentaciones en librerías como La Central. Durante los cuarenta y cinco minutos que han durado los discursos (el de Fernando Castro, como siempre, supremo), al verme rodeado de libros de todas clases y colores, he tenido que hacer auténticas proezas para mantener los ojos dentro de las órbitas. Al final, como no podía ser de otro modo, he cargado. Entre otras cosas, un ensayo sobre la risa y el llanto (Plessner), un libro de conversaciones sobre Cioran, otro de psicoanálisis deleuziano y otro, el más interesante, sobre "geografía afectiva": Topofilia, de Yi-Fu Tuan.
Después, en el camino de regreso a Murcia, he vuelto a pensar en la experiencia Vila-Matas. Me he acordado del Candidatu único, y me han entrado unas ganas tremendas de ponerme a escribir. Lo único que ocurre es que son las dos y pico, llevo ocho horas de coche sobre mis espaldas y mañana hay que madrugar.
Y hablando de libros, creo que tendré que restringir las presentaciones en librerías como La Central. Durante los cuarenta y cinco minutos que han durado los discursos (el de Fernando Castro, como siempre, supremo), al verme rodeado de libros de todas clases y colores, he tenido que hacer auténticas proezas para mantener los ojos dentro de las órbitas. Al final, como no podía ser de otro modo, he cargado. Entre otras cosas, un ensayo sobre la risa y el llanto (Plessner), un libro de conversaciones sobre Cioran, otro de psicoanálisis deleuziano y otro, el más interesante, sobre "geografía afectiva": Topofilia, de Yi-Fu Tuan.
Después, en el camino de regreso a Murcia, he vuelto a pensar en la experiencia Vila-Matas. Me he acordado del Candidatu único, y me han entrado unas ganas tremendas de ponerme a escribir. Lo único que ocurre es que son las dos y pico, llevo ocho horas de coche sobre mis espaldas y mañana hay que madrugar.
Hombre mahn, haberte quedado en Madrid a pasar la noche.
ResponderEliminarEn mi casa estabamos pensando invitarte a ver el último capítulo de los Soprano.
MAHN, el de 'Topofilia' te lo hubiera regalado yo tan ricamente..., que por bueno que sea, no me importa darte el mío porque tú le darás mejor uso. Te vi en el programa de la 7, y tienes tú 70 veces 7 más desparpajo y saber estar que el de la presentadora (que ademàs de parecer, con todos mis respetos, un pulpo en un garaje y transpirar de que no tiene ni flowers de lo que es el CENDEAC, parece como si hubiera que tenido que repetir 50 veces la toma de la entradilla esa con la que te presenta). Un abrazaco, gran hombre.
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