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Sin rumbo

Subió al tren con la única intención de perderse para siempre. Al sentarse, leyó este cuento y meditó unos segundos. Bajó en la siguiente parada y regresó a casa. No necesitaba la distancia para errar eternamente.

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Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. ¿Por qué eliminaste el comentario anterior? Merezco una respuesta tipo no es de tu incumbencia, lo sé; incluso podría decir que me vale. Pero me puede la curiosidad

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