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Malas sensaciones

Pasó mucho tiempo hasta que me di cuenta de que estaba muerto. Desde el infarto, yo me veía más blanco, y, por mucho que me arrimase al fuego, mi cuerpo siempre estaba frío como el hielo. Mis articulaciones comenzaron a entumecerse. A veces incluso me costaba trabajo moverme sin parecer un robot. Pero seguía yendo al trabajo, comía en restaurantes, salía de copas, la gente me saludaba por la calle con normalidad y mis amigos quedaban conmigo como si nada hubiera pasado. Todo era aparentemente normal. Pero yo intuía que algo no iba bien. Y lo tuve claro cuando comencé a notar que mi mujer me echaba demasiado perfume, que la gente se tapaba la nariz en mi presencia y que unos gusanos amarillos bullían en mis intestinos y se comían mi piel. Después de un tiempo, lo único que me molesta es que nadie haya querido aclararme la razón de su hipocresía.

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Comentarios

  1. ¡Arrrgggghh! ¿Será eso lo que de verdad sintamos cuando llegue el momento?

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