El noble arte
Vuelve la esgrima. Primer día del nuevo curso. Pedro Merencio, el cubano más rápido a este lado del Segura, nos ha preparado una buena bienvenida: festival de sentadillas y marchares por doquier. Me duelen hasta las pestañas. No estoy para nadie. Los muslos se me caen a trozos. Y los brazos los he perdido a media clase. De hecho, y gracias a la habilidad aprendida de Héroes, escribo ahora con la mente, lo único que aguanta con vida esta noche. No quiero pensar en mañana.
Uno de mis más ilustres comentaristas decía que esperaba que, a pesar del colapso de trabajo de estos meses, supiera decidir bien entre la pluma y la espada. Y la verdad es que, por mucha saturación que tenga, no pienso desistir del noble arte del hierro. Sé que nunca llegaré demasiado lejos. Pero, por primera vez en mi vida, no me importa lo más mínimo. Y es que -lo he escrito ya más de una vez- pocas cosas me divierten tanto como la esgrima. Concentración, intuición, simulación, seducción... empuñar la espada te conecta con algo más allá de la estricta racionalidad, pero también más acá de la pura animalidad. Un punto a medio camino entre el instinto y la razón. Un lugar que merce la pena ser habitado y experimentado. Y eso aunque hoy, como digo, esté hecho fosfatina y aún no tenga claro si podré arrastrarme hacia la cama o directamente me tendré que quedar tirado en el suelo del despacho, desparramado junto a los libros, pero satisfecho.
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Uno de mis más ilustres comentaristas decía que esperaba que, a pesar del colapso de trabajo de estos meses, supiera decidir bien entre la pluma y la espada. Y la verdad es que, por mucha saturación que tenga, no pienso desistir del noble arte del hierro. Sé que nunca llegaré demasiado lejos. Pero, por primera vez en mi vida, no me importa lo más mínimo. Y es que -lo he escrito ya más de una vez- pocas cosas me divierten tanto como la esgrima. Concentración, intuición, simulación, seducción... empuñar la espada te conecta con algo más allá de la estricta racionalidad, pero también más acá de la pura animalidad. Un punto a medio camino entre el instinto y la razón. Un lugar que merce la pena ser habitado y experimentado. Y eso aunque hoy, como digo, esté hecho fosfatina y aún no tenga claro si podré arrastrarme hacia la cama o directamente me tendré que quedar tirado en el suelo del despacho, desparramado junto a los libros, pero satisfecho.
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Scaramouche, Cyrano, Enrique de Lagardere, Conan, el Capitán Blood, El Zorro, El Corsario Negro, El León de Damasco, D'Artagnan, Miyamoto Musashi, El Príncipe Valiente, Aragorn y yo nos alegramos horrores de que aún sigas asiendo tu espada con la ilusión de un joven aspirante a caballero, por muchas agujetas que te regale el cuerpo. Fuerte abrazo y mil pares de mandobles de parte de todos nosotros.
ResponderEliminarDespués de la tanda y de la tunda a la que nos sometieron ayer, es normal que estés hecho migajas. Cuando bajes escaleras experimentarás el curioso efecto del peldaño deslizante.
ResponderEliminarYa verás qué risa.
Yo voy andando igualito que un robot de los antiguos, porque el último de Honda tiene más movilidad en las piernas que yo. Y esta mañana lo he pasado fatal en la tradicional retención para acceder a la autovía de Cartagena ¡Ese embrague...! A punto he estado de dejar el coche irse hacia atrás y que el pringado de turno me pague bollo que llevo en el culo del coche!
ResponderEliminarMe estais asustando. Que yo empiezo mañana.
ResponderEliminar¿no os disteis cuenta la mirada perdida, sin enfoque que teníamos a los 10 minutos?
ResponderEliminarYo lo tengo muy claro ¡¡¡SOY UNA AGUJETA QUE ANDA!!! (Bueno, que se arrastra).
Solo me consuela el haber tenido al lado a womahn que estaba (casi) tan destrozada como.
Jamás dejas de asombrarme y sobre todo en tus aficiones deportivas, te gusta la esgrima (que es juego de caballeros) y el juego del balón (dicen que el juego con los pies no es cosa de caballeros) . No practico ninguno de los dos entretenimientos, pero creía que para escribir hacia falta tranquilidad, sosiego y concentración, ninguno de los juegos da la sensación de dar templanza. Cámbiate al ajedrez que no dan agujetas y en cada partida se multiplican las neuronas y se aplaca la mala leche.
ResponderEliminarJuanita
¿El "Héroes" de Loriga?
ResponderEliminarMe gustan sus agujetas.
Y sí, soy de las que llegan aquí por casualidad, no alumna.