Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
Joé macho, lo tuyo es puro optimismo.
ResponderEliminarHabría que ver como te sienta a tí que te despierten y sin darte los buenos días ni traerte un vasico de leche con colacao y unas galleticas maría ni ná te endilgasen una estaca de madera de pino en tol pecho... ;-)
ResponderEliminarA caballo entre el catorce y el quince y como todo los dias con la penitencia que me he impuesto ogeo tu corta nota,todavia estoy estremecida.
ResponderEliminarQue suerte tienes tu, que aunque sea por una sola vez te mirastes en un espejo y este te devolvio tu imagen verdadera, razón más que suficiente( a mi entender) para hacer uso de la estaca.
Cuantas amarguras tienen que circular por tus coronarias para sentirte así.
Te aconsejo- que si como presumo- no encontrates la estaca, pintes de rosa o negro todos los espejos que encuentres, así descansaras y te libraras de tu verdadera imagen
La verdad es que desde que me clavé la estaca la vida me ha cambiado por completo. Se puede decir que soy otro. Más muerto que antes, es cierto. Pero también más tranquilo. Y lo mejor es que, en mi descanso eterno, puedo comer papas con alioli. Aquí se cumplen los deseos, por raros que éstos sean.
ResponderEliminarFantástico. ¿Hay una forma mejor de ponerse a trabajar? Lo dudo. Hipólito Navarro también tiene un hiperbreve estupendo acerca de un vampiro, escrito a partir de un párrafo de su única novela. No recuerdo cómo se llaman ni uno, ni la otra, pero tú que conoces gente bien, a lo mejor se lo podías pedir y hacérnoslo llegar.
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