Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
Hay que ver como está este pais de okupas.
ResponderEliminarPues tuvo suerte que no se le encalomaran los 300 (jorobado incluido), los 3300, los 4 teletubbies, los 7 samurais, los 12 mandamientos, los 9 de verano azul, los 34 reyes visigodos, los 29 días del mes de febrero en año bisiesto o los 20 poemas de amor (por no hablar de la canción desesperada).
Hay que ver como está el pais.
Eres un hombre con suerte, pasar de la soledad de tu cama a tener ciento catorce,! bendito sea Dios¡.
ResponderEliminarYo no tengo suerte solo de vez en cuando me gorronean algunos parientes de escasa consaguinidad y morro prolongado, con los cuales no puedo permitirme veleidad alguna por aquello de que salen los niños tontos.
Me imagino tu cama llena con guapas azafatas, hermosos pilotos, curas, monjas, y gentes de a pie, que gozada, que desayunos, que espera en la puerta del baño y que alegría de vivir. ¿No estarán muertos verdad, esperando tu próxima subida al avión para que puedas ocupar tu cama en las mismas condiciones que los demás?
Evidentemente no hablamos del propietario de uno de los célebres minipisos Trujillo, tb conocidos como Madrigueras de Protección Oficial...
ResponderEliminarVamos a ver....la medicación está para que te la tomes. No para que la escondas en las macetas.
ResponderEliminarAquí fallla algo.....todo ese tiempo escribiendo de madrugada microrrelatos.....esa cosa que tienes a tu lado en la cama no es sólo la almohada...es tu mijer....y tiene necesidades......menos ecribir y mas follar!!!!!
Si yo tuviera mi blog!!!! eso si que son historias.....
un abrazo (miguel Ángel y Ciro (que te lee)
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ResponderEliminarEsta ha sido una de tus mejores entradas. Me ha encantado.
ResponderEliminarPerdonad mi ausencia. Pero con tanta gente en la habitación apenas he tenido tiempo para escribir. Estaban hambrientos y he tenido que darles de comer mi vísceras. Quizá por eso me han dicho que soy entrañable.
ResponderEliminarLo de escribir de madrugada en lugar de estar cumpliendo... tiene su explicación. No me gusta hacerlo a deshoras.
Además, luego la señora de mahn puede interponer una denuncia por lesión al derecho al honor, la intimidad y la propia imágen si su marido airea sus escandalosas costumbres sexuales... las de él, me refiero, que ella es una santa mujer a la que le toca bregar (y hasta fregar) con este elemento inclasificable.
ResponderEliminarCómo me conoces, Antonio. La señora mahn (sra. womahn, para entendernos), ha mostrado por activa, pasiva y oclusiva su desencanto con mis pulsiones necrófagas. Pero esa es otra historia que no estoy dispuesto a contar.
ResponderEliminarGenial, genial, lo de sra. womahn!!!!
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