Melcancolía
Es curioso lo fácil que resulta invocar la melancolía. Hace un momento, para escribir un pequeño relato, he sentido la necesidad de hacerlo. Y sólo me ha hecho falta una música. Apenas tres acordes y ya estaba en otro lugar. Apenas tres acordes y me ha pellizcado en la nuca. Porque la melancolía aparece siempre en el mismo sitio. Una pequeña punzada en la nuca, con un alfiler infraleve, que recorre toda la columna. Y es que la melancolía es lo que habitamos detrás de nosotros y no podemos volver a vivir. Aquello que nos recorre pero que no podemos mirar de frente. Porque ya no estamos-de-frente, porque de-frente sólo fuimos una vez. Porque ya no es posible darse la vuelta. Y porque, si fuera posible, también lo que una vez habitamos la daría con nosotros. Y siempre estaría detrás, siempre en el otro lado. Siempre en la distancia.
Un alfiler en el cuello. Ése es el indicador de la melancolía. Melancolía tejida a la piel. Por eso nunca se va del todo. Por eso es tan fácil evocarla. Por eso es tan fácil despertarla. El problema es que, una vez despierta, ya estamos a su merced, y no es tan fácil hacer que vuelva a reposar. Una vez que hemos sentido el pellizco en la nuca, algo comienza a perderse. Despertar el pasado es siempre perder pie. Es sumergirse por momentos. Quien pudiera manipular sus recuerdos y dominar por completo su melancolía, sería capaz de salir a flote sin agua en los pulmones. Yo, sin embargo, apenas consigo respirar.
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Un alfiler en el cuello. Ése es el indicador de la melancolía. Melancolía tejida a la piel. Por eso nunca se va del todo. Por eso es tan fácil evocarla. Por eso es tan fácil despertarla. El problema es que, una vez despierta, ya estamos a su merced, y no es tan fácil hacer que vuelva a reposar. Una vez que hemos sentido el pellizco en la nuca, algo comienza a perderse. Despertar el pasado es siempre perder pie. Es sumergirse por momentos. Quien pudiera manipular sus recuerdos y dominar por completo su melancolía, sería capaz de salir a flote sin agua en los pulmones. Yo, sin embargo, apenas consigo respirar.
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Y sin embargo, hay personas que no sienten melancolía.
ResponderEliminarTal vez, a penas un leve recuerdo en una tarde de verano, en esas tardes en que no tienes nada que hacer.
Y es más bien una imagen súbita y fugaz, casi subliminal, que no puedes ni quieres retener. Que desaparece irremediablemente, pero que te dibuja una sonrisa.
Y si lo pienso, me siento triste y culpable a partes iguales por no sentir melancolía. Porque no sentir melancolía es en cierto sentido como estar vacío.
Sentir melancolía de algo significa que lo has vivido y por eso debería no ser tan malo sentirla, pero lo es.
ResponderEliminartener "melcancolía" suena aún más sutil que el alfilerazo evocador que describes en tu post ;)
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