Soberbia

No soy yo el que escribe. Miro a la estantería. Y allí me encuentro escondido, agazapado entre pilas de papel. No soy yo el que escribe. Debo recocerlo.
Apenas un ventrílocuo.
Por desorden de memoria, y cerrando los ojos: Lacan, Blanchot, Cioran, Bernhard, Beckett, Manganelli, Calvino, Borges, Zizek, Vila-Matas, Berger, Bataille, Baudrillard, Virilio, Debord, Krauss, Foster, Handke, Perec, Auster, Azúa, Baudelaire, Mallarmé, Proust, Bergson, Deleuze, Derrida, Nancy, Bryson, Bal, Bhabha, Jay, Crary, Silverman, Brea, Didi-Huberman, Wajcman, Sartre, Rovatti, Bodei, Recalcati, Vattimo, Godard, Badiou, Serres, Kundera, Laclau, Freud, Celan, Benjamin.

Algún que otro olvido deliberado. Maldita soberbia de la palabra.

Comentarios

  1. Si al menos los olvidos finales no hubieran sido deliberados, tu soberbia de la palabra se vería compensada con una humildad de la memoria.

    Ni eso.

    ResponderEliminar
  2. Eso es justo lo que pensé antes de empezar a escribir. Pero se me olvidó. Todo lo que comienza con un propósito acaba con un final. Y a veces ni eso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Las mejores lecturas de 2024

Mis libros favoritos de 2023

La mirada anacronista