Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
Bibliohisteria colectiva. En serio: que venda usted muchos.
ResponderEliminarLe deseo buena suerte...¡qué ilusión!, espero leerle algún día en mi país, Costa Rica.
ResponderEliminarSaludos.
Aquí en Zaragoza ha habido dos heridos graves en la avalancha de Cálamo, y uno con pronóstico reservado en La Pantera Rossa. Yo por si acaso lo iré a comprar dentro de unos días. Un saludo...
ResponderEliminarMuchos éxitos con el libro. Al igual que el personaje de uno de los comentarios, espero algún día, leerlo en Colombia.
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