Cuaderno
Recibo unos cuantos ejemplares de Cuaderno, un librito con dibujos de Javier Pividal y textos de Pablo Gutiérrez, el propio Pividal y un servidor de ustedes. La verdad es que el libro es una pequeña joya. Los dibujos de Pividal son sencillamente impresionantes. Y los textos funcionan a la perfección. Parece que hayamos estado trabajando en conjunto durante años. De hecho, no es tan fácil distinguir de quién es cada texto. Sin haberlo pretendido, se ha logrado un mimetismo entre los tres que hace que el libro sea un todo integrado. Además, diseño elegante y casi transparente, da lugar a un libro íntimo y afectivo que anima a sentarse en el sofá y pasar la tarde o la noche recorriéndolo una y otra vez.
Son trescientos ejemplares, numerados e intervenidos a mano por el artista. No creo que el libro se vaya a distribuir por los canales habituales, aunque con toda probabilidad pueda recalar en las librerías de los museos, y en Murcia, por supuesto, en Diego Marín. Y eso sí, esta vez, a un precio asequible, 15 euros. Ya os informaré cuando haya ejemplares disponibles.
De nuevo, me siento un privilegiado. Igual que me sucedió con El bebedor de lágrimas, vuelvo a trabajar con gente a la que admiro y en proyectos más que atractivos. Pividal me parece uno de los artistas más elegantes, emotivos e inteligentes que conozco. Y Pablo Gutiérrez, un escritor como la copa de un pino. Rosas, restos de alas, su primera novela, editada por La Fábrica, me sorprendió y me emocionó. Hacía tiempo que no leía algo donde las palabras estuvieran tan medidas y ajustadas a lo que se quiere contar.
En Cuaderno, nuestro librito-joya, los textos que se entremezclan con los dibujos son pequeñas intervenciones, historias mínimas o reflexiones esbozadas que, poco a poco, van creando en el lector la sensación de estar habitando un mundo particular, ése que aparece en los dibujos. No sabría, de todos modos, cómo calificar esa sensación. Ni mucho menos este libro. No es un catálogo, no es un libro ilustrado, no es un libro de historias, no es un libro de poemas, no es un libro de artista. Quizá el título sea lo que mejor lo defina: un cuaderno. Un lugar donde conviven imágenes y palabras que provienen de orígenes diferentes, pero que, al convivir cerradas en un mismo lugar, establecen un diálogo y una conversación azarosa, accidental, pero con total sentido, aunque ese sentido sea el del conflicto y lo irresoluble.
Son trescientos ejemplares, numerados e intervenidos a mano por el artista. No creo que el libro se vaya a distribuir por los canales habituales, aunque con toda probabilidad pueda recalar en las librerías de los museos, y en Murcia, por supuesto, en Diego Marín. Y eso sí, esta vez, a un precio asequible, 15 euros. Ya os informaré cuando haya ejemplares disponibles.
De nuevo, me siento un privilegiado. Igual que me sucedió con El bebedor de lágrimas, vuelvo a trabajar con gente a la que admiro y en proyectos más que atractivos. Pividal me parece uno de los artistas más elegantes, emotivos e inteligentes que conozco. Y Pablo Gutiérrez, un escritor como la copa de un pino. Rosas, restos de alas, su primera novela, editada por La Fábrica, me sorprendió y me emocionó. Hacía tiempo que no leía algo donde las palabras estuvieran tan medidas y ajustadas a lo que se quiere contar.
En Cuaderno, nuestro librito-joya, los textos que se entremezclan con los dibujos son pequeñas intervenciones, historias mínimas o reflexiones esbozadas que, poco a poco, van creando en el lector la sensación de estar habitando un mundo particular, ése que aparece en los dibujos. No sabría, de todos modos, cómo calificar esa sensación. Ni mucho menos este libro. No es un catálogo, no es un libro ilustrado, no es un libro de historias, no es un libro de poemas, no es un libro de artista. Quizá el título sea lo que mejor lo defina: un cuaderno. Un lugar donde conviven imágenes y palabras que provienen de orígenes diferentes, pero que, al convivir cerradas en un mismo lugar, establecen un diálogo y una conversación azarosa, accidental, pero con total sentido, aunque ese sentido sea el del conflicto y lo irresoluble.
A lo mejor no es un libro
ResponderEliminarYo quiero verlo.
ResponderEliminarLo buscaré en la librería.
Saludos.
avisa cuando esté!!!!
ResponderEliminaracabo de ver tu correo sobre el libro de pornografia e intimidad, me lo acercas el martes y me paso por clase?
b
"Un lugar donde conviven imágenes y palabras que provienen de orígenes diferentes, pero que, al convivir cerradas en un mismo lugar, establecen un diálogo y una conversación azarosa, accidental, pero con total sentido, aunque ese sentido sea el del conflicto y lo irresoluble"
ResponderEliminarMe ha encantado. Impactado. Enhorabuena por ese regalo.