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Paréntesis

Hay días en los que desaparezco del mundo. Apago el móvil, desconecto el teléfono fijo, bajo las persianas y me cierro sobre mí unas horas.  Son momentos en los que hasta el lenguaje necesita tomarse un descanso. Dejo de hablar, de actuar e incluso de pensar. Sólo intento dejar que las cosas fluyan, sentir que el mundo discurre sin que yo esté en él. Luego abro los ojos y veo que todo sigue igual. Mil llamadas perdidas, doscientos mensajes al móvil diciendo que me necesitaban y no me encontraban. Pero nada terrible ha sucedido. El mundo continúa su camino. Y yo he podido sentirlo por unos instantes.

Comentarios

  1. Tu si que sabes mahn.

    La vida de jubilata de mi padre no tiene nada que envidiarte.

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  2. No sé si es más gustazo la demora de lo inminente o el paréntesis con persiana echada.

    Saludos!!!

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  3. A veces yo tb incurro en esas ausencias de manera activa y gozosa.

    Es como una leve muerte que nos permite una modesta resurrección.

    Reconozco que tres de los momentos más felices y plácidos que recuerdo sucedieron en medio de esos lapsos espaciotemporales.

    Creo que tenemos demasiado ruído y ajetreo alrededor y de vez en cuando ser anacoreta en horas sueltas es más que una opción una necesidad.

    Le tengo echado el ojo a una alejada cueva con vistas, orientación mediodía, todo exterior...

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