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Efectos secundarios

Con el lógico nerviosismo de la primera noche, el hijo del sepulturero ayudó a su padre a colocar la lápida de una tumba. Mientras sostenía el mármol, escuchó golpes y gritos en el interior del panteón. Miró a su padre con el rostro desencajado por el terror. Pero la voz de la experiencia logró tranquilizarlo. "No te preocupes. Es normal. Enseguida se les pasa".

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Comentarios

  1. Esto cada vez se está volviendo mas tétrico.

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  2. Me ha gustado si señor, me ha gustado

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  3. Muy bueno,MAHN. Sí. Es lo que tiene la vida, que enseguida se pasa.

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  4. ... o al menos eso dicen los que han muerto.

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  5. Creía que tu microficción no podía ser superada... hasta que han llegado los comentarios de galder reguera...

    Insisto, cuando los reúnas en un libro, "cuentos que dan cosica" debe ser el título.

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  6. Muy bueno. Leyendo de abajo a arriba, el mejor hasta ahora

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  7. Muchas gracias. La verdad es que este a mí también es de los que más me gustan.

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