Exposiciones parisinas (y, por supuesto, más libros)
Aunque parezca mentira estoy trabajando estos días. Entre noches, madrugadas y mañanas ya he sacado casi quince páginas. Y eso que el día lo dedicamos al turismo. Hoy hemos vuelto a las exposiciones. Hemos quedado en el Jeu de Paume con Javier Pividal, que se nos ha venido a vivir a París, y una amiga artista muy simpática e interesante. Mientras llegaban, he caído de nuevo en las garras de los libros. La librería del Jeu de Paume es muy interesante y con alguna cosa que se me había escapado. Seis libros. Lo estoy dejando poco a poco. Hemos entrado a la exposición de Pierre et Gilles, los famosos fotógrafos kitsch que retratan a la sociedad glam retocando las fotografías con pintura. Había alguna cosa que merecía la pena, pero ese glamour recargado de las fotos daba arcadas por momentos y anulaba todo lo demás. Después, como no habíamos tenido suficiente, nos hemos pasado por el Palais de Tokio. Íbamos a entrar, pero nos hemos quedado en la cafetería; quizá uno de los sitios más agradables y progres de París. Al finalizar la comida y una agradable charla, nos ha vuelto a surgir el mono cultural y hemos entrado al Museo de Arte Moderno de la Villa París a ver la exposición de Rodchenko, que hemos recorrido como alma que lleva el diablo, y la de Kara Walker, la artista de color que realiza siluetas políticamente correctas con historias específicas del desarraigo y la violencia de raza. Bien pensado, prefiero la pose desenfada y banal de Pierre et Gilles que la política soft y light de Walker; al menos ellos no engañan, y son más divertidos. Para cerrar la tarde, he vuelto a caer en los libros. Sólo uno más, y muy pequeño. La mirada de womahn ha sido indescriptible. Le he jurado que ya sólo me queda una librería por visitar. Lo que no sabe es que es la más peligrosa y tentadora: "La hune", junto a Saint Germain des Pres. Que Dios nos pille confesados.
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Niego rotundamente todo lo que dice mahn sobre mis miradas de odio, etc. Soy una santa absoluta, aguantando estoicamente las visitas a las librerías que, conscientes de la existencia de gentes como él, tienen sillas para no hacer esperar de pie al que no entra a comprar.
ResponderEliminarLo demás que cuenta sí es verdad, lo corroboro. Y a Paco lo voy a matar por recomendarnos Saint Denis. O él lo visitó hace mil años (cuando Suger pululaba por allí) o le gustan las emociones fuertes.
Besos a todos desde París ;)
querida womahn,
ResponderEliminarno necesitas decir que tus miradas no son de odio. Conozco la dolencia de mahn. También la sufro. Dale a leer algo de Juan Manuel de Prada,encuadernado como si fuera Deleuze y verás como inicia un tratamiento de choque.
un beso desde Alburquerque,
fernando