Escorial
He pasado unos días muy agradables en los cursos de verano de El Escorial. Cansados, pero agradables. He tenido la oportunidad de reencontrarme con Mieke Bal, a la que creo que definitivamente voy a adoptar como madre intelectual. También ha sido una experiencia conocer a Andreas Huyssen, un teórico de la literatura muy lúcido pero sobre todo muy cachondo y divertido. Parece que todos los adornanianos tienen un punto de cinismo divertido muy de agradecer.
Lo más destacable del viaje es que se me ocurrió hacerlo en coche. Y me perdí al ir y al venir. Murcia-El Escorial en casi siete horas. Sin apenas dormir, salí a las cinco de la mañana para Madrid, y a las díez me encontré camino de Badajoz. No llegué a Extremadura de milagro. Y a la vuelta, tres cuartos de lo mismo: rumbo a Zaragoza. Una locura. Está claro que mi próxima inversión será un GPS. Mientras no lo tenga, no haré otro trayecto que Murcia-Cartagena, y de día.
Hoy me vuelvo a sentar frente al ordenador, y veo que no he avanzado nada las cosas que había dejado atrasadas. El próximo martes supuestamente comienzo una semana de vaciones (la única) en París, y me temo que la ciudad de la luz será también para mí la de los libros, porque me voy a tener que ir pertrechado de material para trabajar. Lo siento mucho por womahn. Aunque no le quitaré tiempo de diversión y trabajaré en las horas muertas. O mientras paseo por el cementerio de Montparnasse. Allí le contaré mis penas a Baudelaire y a Cioran. Espero que no se hayan mudado de casa.
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Lo más destacable del viaje es que se me ocurrió hacerlo en coche. Y me perdí al ir y al venir. Murcia-El Escorial en casi siete horas. Sin apenas dormir, salí a las cinco de la mañana para Madrid, y a las díez me encontré camino de Badajoz. No llegué a Extremadura de milagro. Y a la vuelta, tres cuartos de lo mismo: rumbo a Zaragoza. Una locura. Está claro que mi próxima inversión será un GPS. Mientras no lo tenga, no haré otro trayecto que Murcia-Cartagena, y de día.
Hoy me vuelvo a sentar frente al ordenador, y veo que no he avanzado nada las cosas que había dejado atrasadas. El próximo martes supuestamente comienzo una semana de vaciones (la única) en París, y me temo que la ciudad de la luz será también para mí la de los libros, porque me voy a tener que ir pertrechado de material para trabajar. Lo siento mucho por womahn. Aunque no le quitaré tiempo de diversión y trabajaré en las horas muertas. O mientras paseo por el cementerio de Montparnasse. Allí le contaré mis penas a Baudelaire y a Cioran. Espero que no se hayan mudado de casa.
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¿Crees de veras que existen las horas muertas en París, MAHN? Lamento agobiarte, pero eso me recuerda a cuando estaba haciendo la tesis y volvía Murcia de vacaciones (Fiestas de Primavera, Navidad...) con la maleta repleta de libros, códices y legajos y un peso de 500 toneladas, armado con la firme intención de seguir trabajando 'en las horas muertas'. Como buen zascandil, al final no sólo no pegaba ni chapa sino que retornaba a los madriles con una maleta el doble de pesada (por la nueva ropa de invierno o verano y las latas de ventresca y navajas que me metía mi madre en los escasos recovecos libres de mi equipaje, al más puro estilo de los abarrotes). Así que aprovecha, pásalo pipa con womahn en París y vete ligerito de equipaje, que no merece la pena hacer viajar a los libros y el ordenador para luego dejarlos arrumbados en la esquina de la habitación del hotel. Y si te sirve de consuelo, yo aún soy peor que tú orientándome en el coche, así que, si un día nos juntamos para correr el París-Dakar, acabamos la primera etapa, como muy cerca, en Ulan Bator. Pasadlo muy bien los dos en Lutecia. Un abrazo veraniego
ResponderEliminarVolviendo de un curso de verano en Ávila con el inolvidable Ángel González y la olvidable Estrella de Diego, acabé en Palencia en lugar de Bilbao, mi destino. Cené cordero y vino de la tierra y, al día siguente, llegué a Bilbao, donde no me esperaba nadie. Así que procuro seguir perdiéndome en las carreteras.
ResponderEliminarVilla Matas está bien, pero debes leer con atención a Giovanni Papini, ese jodido fascista, para entender la miseria y el lujo del espejo. Borges lo prologa, no hay más que decir.
Ésta es mi primera aportación a un blog. La primera. Perdona la inexperiencia y dile a Isidro Alberto Cruz que me devuelva el libro de Daniel Buren. No tengo tu e.correo, si no te lo diría en voz baja.
Por lo que veo, son varios los que practican la estética del extravío. Perderse en coche es sin duda toda una experiencia iniciática. Quizá nos iría mejor si nos perdiésemos más.
ResponderEliminarquerido javier, qué alegría saber de ti. yo tampoco tengo tu e-contacto. aquí te dejo el mío: m.hernandez.navarro@gmail.com
ResponderEliminarya sabes que disfruto leyéndote. estoy ahora con lo último, "una estética sostenible". ya te contaré.
Mañana te vas a París. Sólo escribo porque si en esos paseos por el cementerio de Montparnasse y en esas horas muertas o agonizantes encuentras algún nicho, tumba o mera zanja vacante, me envíes SMS con los datos ya que la semana que viene soy yo el que va a París acompañado de Suegra y cuñado y mucho me temo que no me vendrá mal tener algo previsto para entabicarlos (o meterme yo mismo si la cosa se pone negra). He pedido poder ver el taller de Brancusi y Shakespeare & Co pero me da que como no me apañe algún plan B no voy a salir de las galerías La Fallette.
ResponderEliminarLos libros que llevas seguro que se quedarán calladitos y modosos cuidando la habitación del hotel pero el problema de mi suegra es que debió ser artillera en una vida anterior.
Saludos y au revoir
Querido mahn, lleva a womahn acenar al restaurante del último piso de las galerías La Samaritaine, en la mismica orilla del Sena muy cerca de Notre Dame, si no recuerdo mal tb cerca de La Tour D´argent, disfrutaréis de vista panorámica preciosa sobre París, lugar no demasiado atacado por las hordas turistiles y además primero te la llevas de compras a las propias galerías. Y déjate los libros en casa que encima de no hacer nada te van a cobrar un pico en facturación.
ResponderEliminarDisfrutad.
No tienes arreglo, el que nace “extraviado” no hay quien lo encamine, no te canses ni te compres GPS, no te valdrá de nada, cada mañana aparecerás física o mentalmente en un mundo distinto al del resto de los “paisanos” y eso es lo maravilloso, el resto nos tenemos que conformar con perdernos en toda nuestra vida solo alguna vez, por muchos esfuerzos que hagamos para perdernos más veces casi nunca lo conseguimos. Los grandes genios jamás se encontraron, pasaron toda su vida entre los más intricados vericuetos, perdidos en sus sueños, produciendo y produciendo, dejando un legado para la humanidad.( que cursi me ha quedado).
ResponderEliminarTe puedes permitir hasta ponerte un calcetín, con un magnifico nudo de corbata, ponerte abrigo en verano y en porretas en invierno, haz lo que quieras pero cuéntanos cada día tus historias de otros “lados”.