Nocilla Dream

Hace una semana que acabé la lectura de Nocilla Dream, el libro de Agustín Fernández Mallo. Y, si he esperado hasta ahora para siquiera mencionarlo, es porque no tenía nada claro qué decir de esta obra, que ha sido nombrada mejor novela del año 2006 por varias revistas literarias y elogiada por gran parte de la crítica española. La verdad es que, como digo, cuando terminé de leer Nocilla Dream no tenía ni idea de qué había leído. Llamar novela a este texto es, desde luego, una convención. Yo preferiría simplemente llamarla "texto". Un texto sin estructura narrativa, compuesto por medio de la suma de fragmentos, que muchos han notado como influencia de la escritura blog. Posts o fragmentos textuales, algunos de ficción y otros derivados de la realidad, todos ellos unidos por la presencia casi espectral de un árbol repleto de pares de zapatos colgados. Un árbol que pone de manifiesto casi literalmente lo que Deleuze llamaba el rizoma, esa estructura de tubérculos ramificada, con caminos que no se acaban y que no tienen una evolución lineal y lógica.

El libro de Fernández Mallo es, sin duda, rizomático. Y presenta un universo particular, lleno de referencias al cine serie B americano, a ciertos elementos de la generación beat, incluso al arte conceptual (con un conocimiento amateur, pero, en cualquier caso, de agradecer) y, por supuesto, a la cultura científica contemporánea. Pero, a pesar de todo, tras reconocer lo que el libro tiene de apertura a un nuevo universo, a una literatura blog, no es un libro que me haya gustado especialmente. Lo reconozco contemporáneo, extremadamente contemporáneo, me reconozco en algunos pasajes de la escritura, pero, aún así, le falta algo para enganchar, y no sé qué es. Es cierto que en mi cabeza está la imagen del árbol y la de toda esa gente que va al desierto de Nevada a vivir en micronaciones. Pero hay un elemento, y vuelvo a decir que no sé cuál es, que hace, pese a todo lo anterior, no sea un libro redondo. De todos modos, y esto lo pienso después de una semana, que la redondez y la literatura vayan de la mano tampoco es algo que esté escrito en lugar alguno. Es más, la genialidad y la perfección no suelen ir unidas. Lo genial es lo que no llega a ser perfecto del todo. Siempre me ha gustado la escritura genial, y es la que tiene mucho que corregir, la que te hace completar, la que no cierra y deja satisfecho. En este sentido, Nocilla Dream me ha dejado insatisfecho; lo que todavía no acabo de saber del todo es si quiero, o no, más de lo mismo.

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