Vivo

Casi una semana sin escribir. La exposición "Estéticas migratorias" me traía por la calle de la amargura. Pero afortunadamente todo ha salido bien. Sin pecar de inmodestia, creo que ha quedado bastante digna, aunque el montaje ha sido más complicado de la cuenta.
Poco a poco se van terminando las cosas. A este paso, es posible que, al final, pueda sobrevivir a marzo. Y seguir escribiendo con normalidad.

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